González pretende que el cuarteto Venezuela-Bolivia-Brasil-Argentina, entronice a la compañía mexicana frente a las norteamericanas y frente a Telefónica. La reunión clave mantenida en La Paz, entre Chávez, Morales, Kirchner y Lula terminó con el plante de este último. Hasta en Hispanoamérica sorprende que un ex presidente español apoye a una compañía mexicana frente a la teleco de bandera española
Ocurrió en La Paz, durante una reunión clave para la economía en la zona: la mantenida por los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez; Bolivia, Evo Morales; la Argentina, Néstor Kirchner y Brasil, Lula de Silva. Chávez abrió el fuego, convenientemente doctrinado por el ex presidente del Gobierno español, Felipe González, cuyo principal trabajo en el momento presente es asesorar a su amigo Carlos Slim, dueño de la mexicana Telmex y al que considera como la primera fortuna de Iberoamérica.
En pocas palabras, la tesis de González es que Hispanoamérica precisa de una compañía de la zona, hispano-hablante, con el suficiente músculo financiero para ser capaz de competir de tú a tú con las grandes bell norteamericanas. Curiosamente, el español González no apuesta porque Telefónica sea es compañía, sino Calos Slim, su amigo y asociado. De hecho, la principal ocupación actual de González consiste en recorrer todas las cancillerías hispanoamericanas presentando a Slim en sociedad, ante los mandatarios de la zona. Puede decirse que no hay un solo presidente, escorado hacia la izquierda o la derecha, que no reciba a don Felipe con todos los honores.
Volviendo a la Cumbre de La Paz, Morales apoyó, como no podía ser de otra forma, a González y Slim, al igual que Kirchner, a pesar de las en principio espléndidas relaciones que César Alierta mantiene con Kirchner. El problema llegó con Lula. El brasileño parece más sensato y menos nacionalista que el resto, no cree en el indigenismo, sino en la pobreza, sea de raza blanca o cobriza, y aunque rodeado por los muchos casos de corrupción de su Gobierno, sabe que echarse en manos de Slim puede ser peligroso por muchos motivos. No hubo frente, porque el gigante del sur, Brasil, se dio de baja, pero no por ello González abandona la empresa.
Recientemente, y como ya informara Hispanidad, González y Slim han regresado a la Argentina. La pasada semana, Alierta se entrevistó con Kirchner en la Casa Rosada, pero también lo hacía el mexicano y Felipe González.
Tampoco sería buena noticia o para Telefónica que se impusiera Ollanta Humala en Perú. Formaría parte del Club Chávez quien, como ocurre en la Argentina, también mantiene buenas relaciones con el club indigenita de Chávez. Telefónica impera en Perú tanto como en la Argentina, y es fácil darle la vuelta a la tortilla. No sólo eso, acaba de ganarle el concurso de Colombia Telecom, y Slim ha prometido que mientras no pueda hablarle de igual a igual a Telefónica la compañía de Alierta lo tendrá de color de hormiga en México, el principal mercado hispanohablante. Además, a nos monstruos miran hacia Estados Unidos, con una población hispana que antes de finalizar la década dependiendo, de cómo termine la actual pelea legislativa por la legalización de inmigrantes, puede contar con una población hispanohablante de 50 millones de personas.
Pero la pregunta continúa siendo la misma: ¿Qué hace Felipe González apoyando a Slim frente a Telefónica? Y ya puestos, ¿por qué Telefónica continua pagando como asesor a Carlos Solchaga que, no nos engañemos, funciona como una delegación de Felipe González? (O como dicen las malas lenguas: González habla con los presidentes y Solchaga con los directores generales).