La anunciada supresión del Impuesto de Sucesiones y Donaciones en la Comunidad de Madrid está provocando un éxodo de catalanes hacia la capital de España, donde fijan su domicilio fiscal. Es lo mismo que hacen muchos deportistas y artistas de lujo cuando fijan su residencia fiscal en Mónaco, por ejemplo. Rioja y Cantabria también están en esa línea.
Es lo bueno del desmenuzamiento fiscal por autonomías: se puede conseguir que los políticos subasten, a la baja, la presión fiscal, más que anda para no perder contribuyentes.