Emula a la normativa española que permite la ‘patada en la puerta digital' sin control judicial previo

La semana que viene se vota la Ley europea de comunicaciones electrónicas. Un texto que de momento restringe los derechos de los internautas y establece una vigilancia que podría vulnerar los derechos y libertades individuales de los que han hecho gala los países europeos a lo largo de su historia. Eso sí, será en aras de la seguridad. Menos mal.

Otras enmiendas permitirán de facto a las autoridades administrativas que obliguen a los proveedores de Internet a trabajar conjuntamente con los productores de contenidos y los gestores de derechos de autor, incluido el envío de mensajes intimidatorios, sin supervisión judicial. O sea, como la normativa española que permite la ‘patada en la puerta digital' sin autorización judicial previa.

Esta medida va más allá del proyecto francés de la "respuesta gradual", sometido a una oposición generalizada, incluso desde el Parlamento Europeo. Sin duda, esta es la razón de que estas enmiendas hayan aparecido a primeros de julio con una redacción sutil y farragosa.

"Allanan el camino para la monitorización y el filtrado del tráfico de Internet por medio de compañías privadas, tribunales excepcionales y medidas técnicas orwellianas. Es inconcebible tanto para la libertad como para el desarrollo económico de Europa. Apelamos a todos los eurodiputados para que se opongan a lo que ya habían rechazado", concluye Christophe Espern, co-fundador de La Quadrature du Net (La Cuadratura de la Red)