Empieza a dar que hablar el senador del Partido Popular por Ceuta,
Nicolás Fernández Cucurull, uno de los convencidos de que
Zapatero acabará por ceder Ceuta y Melilla a Marruecos, lo que le tiene ligeramente molesto. Al menos en materia económica,
Cucurull se ha enfrentado en la mañana del miércoles al vicepresidente económico,
Pedro Solbes, en uno de los puntos más negros de su gestión: la inversión económica extranjera en España.
Cucurull le ha recordado que la inversión directa (la importante, la realizada en empresas) cayó un 90% en 2004. La inversión financiera cayó menos, sí, un 47%, pero eso se debe a la buena evolución de la deuda española y a la solvencia del Estado. Pero no nos engañemos, hablamos de inversión financiera, predominantemente especulativa, lo que importa es la inversión directa.
Y todo ello a pesar de que la inversión extranjera en inmuebles sigue disparada. España se ha convertido en el asilo de Europa, un factor de gran importancia.
Por lo menos, Cucurull ha hecho sus deberes, como miembro de la oposición, porque en materia económica, el ex ministro Miguel Arias Cañete, portavoz económico del PP, parece estar de vacaciones perpetuas.
En cualquier caso, Solbes está convencido de que la deslocalización es imparable. Las empresas invierten en Asia preferentemente en China, simplemente porque los sueldos son de miseria. España tiene sueldos más baratos que Europa, pero ha dejado de interesar. Eso sí, Solbes no pude decir lo así de claro : sería reconocer que Occidente, presunto ganador de la globalización, puede ser el gran perdedor.