Sr. Director:

Una cosa es que la ley reconozca los derechos de los homosexuales en un mal llamado matrimonio, porque de oficio maternal no tiene nada, y otra que se intente violar las conciencias de las criaturas inocentes abriéndoles los ojos a la perplejidad afectiva: ese señor con pelos en todas partes ¿es una mamá?

Es evidente que el PSOE está intentando aniquilar a la familia, implantando un modelo de elección fuera de la naturaleza humana en la que el rol de hombre y mujer es a elegir; el matrimonio no es matrimonio sino unión temporal de dos especímenes de la especie humana a los que, probablemente, les primen para adoptar hijos si son del mismo sexo.

La Consejería de Vivienda y Bienestar Social asturiana quiere ganar méritos en esa locura y pretende generar confusión y perplejidad en los niños y padres del Principado con la normalización de la unión de personas del mismo sexo.

¿A donde conducirá tanta locura? Pues es evidente: a que sólo el Estado procree o en madres de alquiler (¿personal laboral del Estado?), o en placentas artificiales... desgajando definitivamente la generación de un ser humano del, hasta ahora, normal proceso del amor y de la generosidad del anticuado sistema de padre y madre.

Normalmente a locos como esos ¿quien les dejaría entrar en casa? y, menos aún, ¿gobernar los intereses de su país?

Federico Rodríguez de Rivera

federicorderivera@gmail.com