No hay normalidad en el País Vasco. Todo, menos normalidad. Da la impresión que se ha retrocedido en el túnel del tiempo a los años 80 en los que la banda estaba más crecida. El Pacto Antiterrorista y la "tolerancia cero" han quedado olvidados. Ahora es el tiempo de tensionar la cuerda. "ETA está poniendo sobre la mesa toda la tensión que considera que es capaz de digerir la ciudadanía vasca". Sin embargo, estamos ante el peor de los escenarios posibles para una negociación, según expertos antiterroristas consultados por hispanidad.com: "El mejor escenario para negociar con ETA es con un gobierno fuerte con mayoría absoluta, no éste".
"Este" es un gobierno necesitado de apoyos parlamentarios, lastrado por las hipotecas y presidido por un Zapatero que aspira a pasar a la historia como el pacificador. Y según ha podido saber hispanidad.com las negociaciones van avanzadas. En primer lugar, porque ZP tiene prisa ante un eventual adelanto electoral. Presentarse ante la opinión pública como el presidente que ha logrado la paz le garantizaría mayoría absoluta.
Pero también desde el otro lado existe prisa. Según hemos podido saber, el dirigente de la ETA moderada, Josu Ternera, se encuentra en la fase final del cáncer que padece y desea pasar a mejor vida con un Euskadi libre y pacificado. En cuanto a la ETA auténtica, la ETA de los cachorros, los niños de la gasolina crecidos, las fuentes difieren. Hay quien piensa que el sanguinario Txeroki tratará de torpedear el proceso y que las nuevas generaciones recelan de los históricos porque piensan que les delatan.
Pero también hay quien piensa que a la ETA auténtica le iría bien una tregua para rearmarse y reorganizarse. O sea, de nuevo una tregua trampa.
Y mientras esto ocurre, en las calles del País Vasco cada vez se respira peor. ETA ha optado por popularizar el impuesto revolucionario entre la clase media, aquella que no se puede defender. Profesionales liberales y comerciantes se han convertido en su objetivo actual. En el caso de estos últimos, se les dispensa una pegatina para que coloquen en su comercio en señal de haber colaborado ya. La misma estrategia comercial de los visitadores, pero en mafioso.
En paralelo, el nacionalismo "moderado" comienza a dar muestras de negociación. la prohibición de la concentración convocada por Batasuna en San Sebastián para este domingo es una buena muestra de ello. Argumentan según la sentencia de la Audiencia Nacional, una argumentación que sin embargo no sirvió para impedir el encuentro en el velódromo de Anoeta. El responsable de Interior del gobierno vasco, Javier Balza, ha señalado además que enviará a la Ertzainza el domingo para garantizar el orden. Todo un pulso frente al órdago chulesco de Batasuna que vaticinaba altercados en caso de que apareciera la policía autonómica.
La estrategia viene a ser algo así como lo siguiente: tú te encargas de controlar a los de la gasolina y yo te doy lo que quieras. Y "lo que quieras" significa apoyo en la cámara vasca los presupuestos peneuvistas, hacer efectivas las 37 transferencias pendientes, resolver el conflicto del cupo, facilitar la fusión de las cajas y permitir crear un órgano de supervisión bancario propio. Eso sí, uno profesional formado por los inspectores vascos que trabajan actualmente en el Banco de España, que serían transferidos a eso nuevo órgano vasco de supervisión bancaria.
Todas las fuentes consultadas comparten la tesis de que Zapatero dará lo que pidan con tal de conseguir la foto de la entrega de armas y la pacificación del País Vasco. El problema es que la "ETA auténtica" existe y no va renunciar a un País Vasco totalmente independiente y marxista y que ocupe Navarra y el país vasco francés.
Y en el entretanto, los nacionalistas "moderados" siguen practicando un "apartheid" real de los constitucionalistas. Empezaron con la idea del pin que diferenciase a los euskaldunes de los castellanoparlantes. La última, la protagonizaron el pasado jueves en la entrega de premios de las regatas de Getxo. Unas regatas por cierto, muy internacionales, en las que participaron regatistas de todos los países salvo del resto de España. Pues bien, a la entrega de premios no invitaron a los concejales constitucionalistas, que representan nada menos que el 48% de la población del municipio vizcaíno de Getxo.
Los "constitucionalistas" no se arredraron y asistieron igualmente al acto de entrega de premios. Y lo que recibieron no fue ya insultos o amenazas, sino el silencio y la ignorancia. Ni siquiera fueron saludados, como si no existieran. La concejal socialista de Getxo, Gotzone Mora, tiene la sensación de que en su municipio se están haciendo experimentos para llevar a otros consistorios. "Si esto ocurre en Getxo donde todavía residen los restos de la aristocracia vasca, qué no harán en el resto del País Vasco", lamenta.
Y es que -como señala Mora- lo que está ocurriendo estos días en el País Vasco se parece mucho a los prolegómenos del régimen nazi: segregación, insultos, amenazas, identificación visible de los unos y los otros y deificación de la Nación. Muy peligroso.
