Leo muchos artículos de este tipo y confieso que me preocupan, porque son buenos pero contienen un equívoco de partida. Y claro, cuando algo comienza y sale torcido no se llega a buen puerto. Veamos, la ley del aborto española de 1985 ha convertido a España en el país más abortero del Occidente libre (no junto China y aledaños) por la ley en sí mismo. Es cierto que se vulnera su espíritu constantemente, y que el 97% de los abortos se realizan por la mitad el primer supuesto: peligro para la salud psíquica de la madre. Y también lo es que, para el lobby abortero y el lobby feminista -que son uno solo y ambos aman igualmente la muerte- basta con que a una chica se le impida abortar para provocarles patología psíquicas enormes (lo que provoca patologías psíquicas es, precisamente, abortar).

Todo es cierto: los aborteros violan el espíritu de la norma para poder matar más y mejor a todo niño no nacido y para poder ganar más dinero. Ahora bien, no olvidemos que la propia letra de la ley no habla -como creen muchos erróneamente- de 12 semanas. Eso es para la violación, 22 son para el llamado aborto eugenésico y para el primer supuesto, el de peligro para la salud física y psíquica de la madre… ¡no hay límite! En teoría, pues, el doctor Morín, tan filantrópico, o cometió delito al animar -previo pago de 4.000 euros- a una mujer embarazada de ocho meses a hacerse una ‘operación'. Otra cosa es que incumpliera la ley -ése es el fraude de ley habitual- del coladero del peligro para la salud psíquica de la madre.       

O sea, que la perversidad ya está en la ley y se multiplica con el uso y la interpretación que se hace de la misma. Pero no, no es una ley de plazos, porque no hay plazo para el supuesto más criminal de todo. Por eso, cuando el PSOE llegó al poder el lobby feminista -uno de los campeones más retorcidos pero más torpe del PSOE- se empeño en llegar al "aborto libre". La cúpula del partido, con más sentido, aclaró que eso iba a anular la mejor defensa de los mercaderes de la muerte: el miedo a hablar de aborto en España, porque pondría el crimen una vez más, en el centro del foro público. Y, además, porque en España ya hay aborto libre.

Eulogio López

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