En las sociedades opulentas se ha perdido el sentido de la disciplina en la educación. Su lugar lo ocupa hoy la ley del mínimo esfuerzo. El fracaso escolar y la indisciplina son sus frutos más llamativos.

El profesor Bernhard Bueb, director del colegio alemán Schloss Salem, asegura que esta situación es alarmante. Reivindica las ventajas pedagógicas de una educación basada en la seguridad, la claridad, la autoridad y la disciplina.

Si los padres reconocen estos valores los chicos salen ganando, porque verán cómo se expanden sus posibilidades humanas, sociales e intelectuales. Aunque no lo parezca, niños y jóvenes aceptan mejor de lo que parece esta educación. Para nada deshumanizada.

Estoy seguro de que también muchos profesores se identifican con esta pedagogía  que recuerda que su trabajo no es buscar el aplauso del alumno mimado y consentido. A ellos les corresponde educar en un clima de autoridad y disciplina. Pero con sentido del humor.

Clemente Ferrer Roselló

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