El coste medio de la hipoteca se ha elevado 70 euros al mes por la subida de tipos. Subidas generalizadas en todos los servicios, aunque los bajos sueldos dañan mas a las familias que el coste de los servicios básicos. El SMI se sitúa en los 570 euros brutos mensuales. El salario medio en 18.182 euros. El esfuerzo para pagar la hipoteca continúa creciendo. Solbes se niega a modificar su política económica: habrá que soportarla hasta finales de legislatura.

En 2007 sube todo, pero no se pueden comparar las subidas de la luz o el gas con la de, por ejemplo, la vivienda. Verbigracias, la tarifa eléctrica de los hogares subirá un 2,8%. Una verdadera tontería, dado que el Estado seguirá pagando a las compañías eléctricas el déficit de tarifa correspondiente. Y como el Estado no es nada, se quiere decir que serán lo consumidores quienes paguen dicho déficit a lo largo de los años. Los consumidores y los contribuyentes, o sea, los mismos, porque entre todos abonamos la subvención de tipos de interés con los que se financia el pronto-pago del déficit a las eléctricas. Lo lógico sería adecuar la tarifa al coste de producción, pero el ministro de Industria, Joan Clos, no ha querido afrontar una medida que supone impopular. Supone, dado que la luz no significa, ni mucho menos, la parte del león del gasto familiar.

El gas sube, un 4,4% para industriales y un 0,87% para particulares con calefacción y un 0,27% para los que no la tienen. También se ha encarecido la bombona de butano. Sube el agua, que aunque no es competencia del Gobierno cuenta con la Directiva Marco del Agua, que obliga a subir el coste un 45% en tres años. La UE siempre facilita estas cosas.

Sube el transporte ferroviario, en un 4%, y sube el transporte urbano, tanto autobuses como metro y taxi. Por supuesto, sube el teléfono.

Y no, no hay reducción fiscal, como se pretende. De hecho, la reforma del IRPF que va a entrar en vigor beneficia a los salarios bajos y altos y perjudica al grueso de las clases medias. Además, la presión fiscal global ha crecido 1,5 puntos en un lustro, a pesar de las cacareadas reformas fiscales del PP y del PSOE.  

Con todo, el gasto que ahoga a las familias españolas continúa siendo la vivienda. Esa es la subida imparable, que ha vivido un lustro con incrementos anuales próximos al 20%. Este año, el Ministerio de la Vivienda está feliz, porque puede ser el primero de toda una década en que el incremento de la vivienda se sitúe por encima del 10%.

Eso sí, que la ministra Maria Antonia Trujillo esté contenta no significa que lo estén los ciudadanos, dado que estamos hablando de un incremento sobre una cascada de aumentos acumulados y, también porque la subida de tipos el Euribor ya está rozando el 4%- ha supuesto que la hipoteca media se haya encarecido en 70 euros más por mes. Y lo que es más grave, el esfuerzo teórico para pagar el crédito con garantía real no ha dejado de subir desde 2003 (Ver cifras del Banco de España). La cifra más global es la que afirma que el precio medio por metro cuadrado de la vivienda libre, nueva, en España, es de 1.957 euros, pero esa cifra se dispara en las grandes ciudades.

Además de todas las subidas precedentes, el último Consejo de Ministros del año acordó una subida del salario mínimo interprofesional del 5,5%, hasta los 570 euros al mes.  

Si pasamos a los ingresos de los particulares, el coste laboral medio por trabajador es de 2.113 euros, un 3,6% más. Seguimos cobrando menos que la media europea de los 15, y España continúa distinguiéndose de los países de su entorno por la diferencia entre salario medio y salario mínimo. Por cierto, el salario medio ha perdido poder adquisitivo en España durante los últimos 5 años.

Y el salario bruto medio mensual en España se eleva a 18.182 euros (Ver Estructura Salarial del INE, que trabaja con tanto ahínco en la materia que sólo nos ofrece datos hasta 2005). También aquí nos encontramos a la cola de Europa, siempre hablando de la UE de los 15.

Dicho de otra forma, el salario mínimo crece un 5,5%, el salario medio crece ligeramente por debajo del 4%, pero con esos salarios hay que pagar, antes que nada, una vivienda que crece al 10% y unas hipotecas que se encarecen sin cesar.

La combinación de salarios bajos y vivienda cara continúan siendo la clave de la economía española y del disparatado endeudamiento de las familias. A esto hay que unirle el trabajo precario. El ministro de Trabajo, Jesús Caldera., aprovechó el último día laboral del año para recordar que España cuenta ya con 20 millones de contratos, pero se le olvidó decir (Noticia del viernes 29 en Hispanidad) que la temporalidad en España duplica la media europea: la tercer aparte de todos los contratos son temporales, y no olvidemos que los temporales no sólo tiene su fuente de ingreso en el aire sino que, además, cobran un 35% menos que los indefinidos.

No obstante todo lo anterior, el vicepresidente económico Pedro Solbes explicaba que la política económica no se va a modificar, porque es difícil cambiar el modelo. El modelo es de un crecimiento fuerte, una inflación más o menos controlada a cambio de vivienda cara, salarios bajos y un asfixiante endeudamiento de las familias. Un buen balón de oxígeno consistiría en multiplicar la vivienda subvencionada, pero Solbes no está dispuesto a que se malogre su exitosa gestión del déficit fiscal. Es decir, que no es que el modelo no se pueda modificar. Es sencillamente, que Solbes se niega a ello. Y el vicepresidente sabe que ZP no le puede cesar hasta fin al de legislatura. Hasta entonces, hará lo que le venga en gana.

Hispanidad ha dedicado distintas informaciones a este modelo de crecimiento durante las últimas semanas.

Así que, ya lo saben: a apretarse, una vez más, el cinturón.