El Gobierno es perfectamente opaco en lo que se refiere a la reforma del Pacto de Toledo. Probablemente algo tendrán que hacer para acallar las voces que apuntan a la quiebra del sistema. Este mismo martes Octavio Granado reconocía que no había excesivo margen debido a que somos el segundo país del mundo en esperanza de vida y el último en índice de natalidad, descontando el Vaticano, matiza con humor. O sea, el temido invierno demográfico.
Pues bien, hay poco margen, pero algo harán. Desde luego, no rebajar las cotizaciones, salvo medio punto a cambio de profundizar en la separación de fuentes. Es decir, que las enfermedades del trabajo sean asumidas con cargo al presupuesto en vez de a la Seguridad Social.
Lo que no habrá es rebajas a las cotizaciones sociales porque sí. No se puede, no hay margen. No sé a quién le interesa que el sistema entre en dificultades que tendría costes reputacionales sobre el país. En cuanto a la propuesta de las Cámaras de rebajar cuotas a cambio de elevar el IVA, Granado también se muestra contrario. Esa es una propuesta de otros países que todavía no han avanzado en la separación de fuentes y en los que la Sanidad y la Dependencia es cubierta por la Seguridad Social. Es decir, no. La misma escueta respuesta ofrecida por el secretario general de CCOO, Fernández Toxo.
A lo único que está dispuesto el Gobierno es a flexibilizar el pago de las cuotas en las empresas en dificultad. Una flexibilización que según el secretario de Estado equivaldría a una rebaja general del 2%. Es mejor ayudar a las empresas que tienen dificultades que de manera general, concluye.