Internet ha multiplicado exponencialmente la cantidad de información que circula por la humanidad, hasta el punto de que ha nacido un mercado de segundas noticias. Este mercado, bastante imperfecto, tiene sus propias centrales de compra, más bien de robo, de noticias y posterior venta de informaciones, muy confidenciales, a instituciones y empresas.

El asunto consiste en obtener información de la www, una red tan amplia que ninguna institución puede controlar en su totalidad. Se cogen los datos, se modifica la redacción (de otra forma podría identificarse el origen por los buscadores semánticos tipo Google) y se reenvía como propia. El problema es que algún director de comunicación (dircom) ha probado a lanzar una información falsa a la red, ha sido recogida por estos profesionales de las segundas noticias y se la han devuelto, previo pago, naturalmente, al mismo dircom.