Sin duda, El mercader de Venecia es uno de los textos más controvertidos de Shakespeare, desde el momento que hace una crítica durísima de la usura, personificada en el judío Shylock (Se da la circunstancia de que Shakespeare era judío, ¿jugaba a esconderse?)
Ambientada en
Michael Radford realiza una versión del clásico muy atractiva, con una vistosa puesta en imágenes y un impecable reparto que recita con convicción textos que todos conocemos. Pero llama la atención, por carecer de fundamento literario, es ese sesgo homosexual que Radford (que no Shakespeare) otorga a la relación de amistad que mantienen Antonio y Bassanio. Parece que lo políticamente correcto también ha llegado al cine anglosajón.