El Ejecutivo trabaja en el nuevo impuesto para ricos. No se sabe la fecha, ni la cuantía, ni el procedimiento. Tan sólo se sabe que no afectará al 99% de los contribuyentes. O sea, que se trata de un mero brindis al sol para contentar a la izquierda. El problema son los efectos indeseados: la salida de capitales. CiU denuncia que desde que hace un mes se anunciara el impuesto para ricos ya han salido de España 50.000 millones de euros. Desde la banca, no lo niegan. Es más, lo justifican porque los bancos deben de ofrecer buen servicio a sus clientes.
La razón de la fuga de capitales es doble. En primer lugar, huir de la fiscalidad española. Pero sobre todo porque muchos españoles temen que España sea expulsada de la zona euro y que por lo tanto tenga que devaluar. Actualmente sacar el dinero a la zona euro es gratis, pero garantiza la protección. A eso es a lo que algunos llaman servicio.
Así que el Gobierno tiene una doble vara de medir. Por una parte, atiza a los ricos, pero en paralelo les abre la puerta para que se marchen a Luxemburgo. Lo que se llama 'sentido común'.