Una OPA es, normalmente, el recurso que tiene una empresa para absorber a otra cuando la absorbida no está de acuerdo con la operación. Cuando esto ocurre, la forma de conseguir las acciones que le den el control a la empresa adquiriente es mediante el mercado, es decir, ofrecer un precio lo suficientemente atractivo como para que los accionistas deseen vender sus acciones al nuevo comprador
Cuando tuvo lugar la comunicación de OPA de Gas Natural por el accionariado de ENDESA la primera piedra de toque era el precio que se ofrecía, inferior a la actual cotización. Por lo tanto, cualquiera pensaría que esta operación no tiene futuro pues no ofrece incentivo a los accionistas.
Sin embargo, ¿por qué tanto revuelo? ¿Por qué tanto miedo del Gobierno a los dictámenes de los tribunales de la defensa de la competencia? ¿Por qué tantas ganas de darle luz verde cuando es posible que no salga adelante por simple cuestión de mercado? Sería un riesgo político innecesario si no saliera adelante la operación, ¿no?
Pero claro, se han movido tantos hilos que uno ya teme que tanta adulteración de las reglas de juego lleven incluso a alterar el mercado de manera escandalosa, ¿podría compensar el gobierno a los grandes accionistas dispuestos a vender a Gas Natural? Sería un pelotazo mayúsculo.
Y si esto ocurre, ¿qué credibilidad van a tener nuestros mercados frente a la inversión extranjera?
Ciertamente, todo esto da miedo.
Agustín Valencia Gil-Ortega
agustinvalencia@yahoo.es