Lo decíamos en nuestra edición del jueves, aunque algunos parecen no haberse enterado. Los que realmente han comprado a Telefónica los derechos de retransmisión de Mundial Alemania 2006 son Sogecable y La Sexta, es decir, Jesús Polanco y José Miguel Contreras, no sólo este último, por más que se empeñe en dorarla píldora en el comunicado emitido en la mañana del viernes como respuesta a las críticas de Tele 5 y A-3 TV. Es más, los dos canales próximos a La Moncloa, Cuatro y La Sexta, Jesús Polanco y José Miguel Contreras pagaron prácticamente lo mismo de los 104 millones de euros abonados a Telefónica. El acuerdo consistió en que La Sexta se presentaba como el adjudicatario único, y que Contreras, asesor personal de Zapatero, podría presumir de ser el adjudicatario único. Polanco se quedaba con la retrasmisión en pago por visión y socorrería a La Sexta en aquellas zonas donde no pudiera emitir en abierto.
Ahora bien, no está nada claro cómo medir cuándo alguien puede ver La Sexta en analógico y cuando no. Y por otra parte, en abierto no hay posibilidad humana de rentabilizar ese dinero. Un ejemplo, aunque la Selección Española pasara a la final que ya es pasar- jugaría seis partidos. De hecho, poco más de ese número son los encuentros a los que se les puede sacar rendimiento publicitario, y eso siempre que se celebren por la noche. Por tanto, como negocio, es una desgracia.
Esto es lo que hay que entender: al los chicos de Zapatero poco les importa el Mundial. Lo que querían era utilizar el Mundial de fútbol con un triple objetivo:
1. Marketing: La Sexta conseguía abrirse camino desde la nada, que es desde donde parte. Lo mismo intentaba Cuatro, que sigue perdida en el 5% de audiencia.
2. Forzar a su propia estructura, a las asociaciones de antenistas y a Abertis (red troncal) a construir a toda velocidad su red de antenas.
3. Que dicha antenización fuera abonada por la televisión pública, RTVE, a la que se revenderán los derechos de emisión cuando La Sexta, a pesar de lo que dice hoy Contreras, no pueda emitir en abierto para los 44 millones de españoles. Lo hará La 2 por la sencilla razón de que es la cadena que puede desconectar y que tiene más experiencias en desconexiones regionales. Eso sí, RTVE, es decir todos los españoles, la televisión que tiene una deuda de de más de 7.000 millones de euros, contribuirá con su óbolo a financiar la antenización de la televisión de Zapatero.
Es un paso en más en el desguace interesado al que se está sometiendo al ente público RTVE. Cafarell se ha convertido en la liquidadora. La próxima joya perdida por la TV pública serán las carreras de motociclismo. El proceso está en marcha: todos los contribuyentes pagaremos el final de RTVE, y los beneficiarios serán las dos nuevas televisiones socialistas: la Cuatro en abierto y La Sexta.