Un total de 200 efectivos de la Policía Local, Policía Nacional y Guardia Civil 'blindaron' al Cristo de Medinaceli en su tradicional procesión desde el barrio del Príncipe hasta la hermandad, situada en la Avenida de España (de momento). Según fuentes de la delegación de Gobierno los policías llegaron a recibir refuerzos procedentes de Sevilla.
¿Por qué? Porque ocurrió lo que otros años. Miles de fieles quisieron arropar la imagen del cautivo durante su largo recorrido final. Junto a los fieles, representantes de todos los organismos: el delegado del Gobierno, Jerónimo Nieto, el presidente de la ciudad autónoma, Juan Vivas; el comandante general de Ceuta, Luis Gómez-Hortigüela; así como varios consejeros del Gobierno y de la oposición.
La salida se produjo sin incidentes gracias a la colaboración de las fuerzas de seguridad y de las brigadas cívicas. Incluso un helicóptero de la Guardia Civil controló desde lo alto todo lo que ocurría. Al llegar a la mezquita de Sidi Embarek, cientos de personas se sumaron a la comitiva y la procesión llegó hasta alcanzar la cárcel de Los Rosales, donde como marca la tradición, El Cautivo libera un preso. Este año, la liberación tocó a una mujer de 35 años y dos hijos acusada de un delito contra la salud pública. La presa fue liberada justo cuando la imagen del Cristo entró en la prisión y lo acompañó durante el recorrido.
O sea, una procesión de Semana Santa. Sólo que la creciente población musulmana de Ceuta no soporta la expresión pública de la fe. Y eso hace necesaria la custodia y el blindaje policial. Así están las cosas en la ciudad autónoma.