Sr. Director:
Antonio Banderas es el niño de nuestros ojos. Quién no disfrutó con sus hazañas de El zorro o en la infravalorada El Guerrero Nº 13. Ahora bien como director, hizo allá por el 99 una pequeña maravilla titulada Locos en Alabama, protagonizada por su mujer, Melanie Griffith, y que curiosamente fue un film que casi se pierde en el olvido. Lo cierto es que en él demostró sus enormes cualidades como director, realizando una película apasionante y llena de fuerza.
Para hacer su segunda película se vino a España comprando previamente los derechos de la novela de un amigo suyo, Antonio Soler, un poeta. El guión está dotado de una carga poética, a veces rozando la cursilería, y que se pasea por toda la película convirtiéndose ésta en escasamente taquillera.
Y es que, aunque parezca de Perogrullo, no siempre de un buen libro se puede hacer una buena película. De hecho la experiencia viene a decir más bien lo contrario. En este caso además los lenguajes sonoros y visuales, no son parejos. El tono anda entre lo poético y lo onírico.
La historia que se nos cuenta no es precisamente el no va más de la originalidad. Nuestros tiempos son precisamente para influir positivamente en la juventud y en los que pintamos ya canas. La sociedad civil debemos de pedir a nuestros líderes de opinión o a los que marcan tendencias en todos los sectores de la misma que nos enseñen modelos de personas coherentes, sencillas y de buen corazón.
Me disgustó, en esos veinte minutos que pude verla, su estética de videoclip de lujo, rodada al estilo Hollywood. Aparte esta la historia tormentosa de jóvenes en donde se da un tratamiento bastante explícito del sexo con imágenes que producen escalofríos y le dejan a uno bastante mal sabor de boca. Realmente la marca Antonio Banderas es el único reclamo. El rest Guión, tono, protagonistas y la temática decepciona. Lo mejor: Sus primeros veinte minutos. A partir de aquí este que suscribe abandonó la sala de cine para su tranquilidad y su ejemplo fue seguido por la mayoría que se encontraban en dicho lugar.
El camino de los ingleses de Banderas ofrece de principio a fin una visión demasiado pesimista, oscura y negativa de lo que son las relaciones humanas, sociales, de amor entre el mundo de los adultos y adolescentes. Para nada recomendable para almas selectas, sencillas de corazón, que miran la vida desde el prisma del verdadero amor y que quieren y desean para la humanidad un feliz 2007.
José María Moncasi de Alvear
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