Los bancos están aprendiendo mucho de los políticos y sus trucos de imagen. Por ejemplo, no hay nada como lanzar una noticia que no es noticia. El BBVA anuncia que dedicará 200 personas a prevenir el lavado del dinero procedente del narcotráfico y otras actividades mafiosas, así como a la lucha contra la financiación terrorista.

La verdad es que lo que hace el BBVA, como el resto de entidades, consiste en aplicar la ley, que les obliga a informar de todo ingreso de dinero en metálico por encima de los 3.000 euros. También les obliga a comunicar a la Brigada de Delitos Monetarios, una especie de simbiosis formada por inspectores de policías e inspectores del Banco de España, cualquier movimiento, especialmente en metálico, del que se desconozca su origen. Precisamente, el antiguo BBV fue uno de los encargados en poner en marcha el proyecto piloto, ya con los socialistas, y que generó no pocas broncas con los sindicatos. Estos sospechaban que las cúpulas bancarias podrían verse tentados a proteger a sus mejores clientes, a los que nadie quiere hacer preguntas comprometedoras. Es igual: BBVA ha conseguido su portada en prensa, que era de lo que se trataba.