Sr. Director:

Para mí la muerte de Terri Schiavo es un poco la muerte de todos, avanzar en la grave enfermedad que tiene nuestra sociedad. Es también para todos un gran fracaso más haber llegado a este extremo.

Quizá lo más aleccionador que podemos extraer de este asesinato es que todos los que no lo tenían muy claro vean si quieren la verdadera y perversa a más no poder cara de la "cultura de la muerte". Porque la eutanasia se vende como "muerte digna" por "compasión" y a mí me resulta difícil imaginar un asesinato (que no muerte) más cruel y menos digna (exteriormente, al menos). No es una eutanasia y sin embargo los partidarios de la eutanasia (en aras a su "progresismo", claro) han apoyado este asesinato. En los textos que hay en el archivo que adjunto los autores explican muy bien todo esto. No hace falta indicar las conclusiones.

Conclusiones que en la práctica ya están muy avanzadas también en Holanda, donde se cargan a los bebés con espina bífida y donde cada año 1000 pacientes son "eutanasiados" en contra de su voluntad. Es decir, los matan sin pedirlo. Cada vez hay mucha más gente allí con miedo de ir al hospital.

¿Qué podemos esperar de una sociedad así? ¿Queremos llegar a eso? Pues seamos menos tibios. Aquí en España se avanza a pasos agigantados y llegaremos más pronto que tarde a eso salvo que la sociedad civil (mayoritariamente los católicos a los que les importen algo las consecuencias de su fe, claro) se rebele lo suficiente. Mataremos ancianos y niños pero, eso sí, según los mandamientos revelados por el dios "Progresismo". Es decir, con mucha higiene, mucha comodidad, mucha igualdad, mucha tolerancia y libertad (salvo para el ser "indigno" al que le toque la china, claro), mucha ciencia, democracia y sabiduría (será un Comité de Sabios el que decida, por favor), y mucha solidaridad. En fin, ¡qué dura es la vida de muchos de los "progres"! ¡Además de tener que mantener unas cuántas casas, unos cuántos coches, unos cuantos perros y gatos (los hijos cuestan mucho más, claro), unos cuantos milloncejos en el banco, unos cuantos "contactos" privilegiados para hacer negocios y unas cuántas mujeres (u hombres, paridad ante todo) si se tercia tiene que aguantar a "carcas" como yo con sus razones cavernícolas cada vez que intentan hacer algo por salvar la humanidad! Mucha ironía si se quiere, pero mucha triste realidad hoy en día. Quién no quiera ver la realidad libre es de ello.

Uno empieza a creer que mejor hubiera sido vivir con los hombres prehistóricos inmediatamente posteriores a Adán y Eva. En general creo que conformarían una sociedad bastante menos necia y, claro está, menos perversa.

Gregorio Mascaraque Peño

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