Y no: Fenosa no acudirá de la mano de Sonatrach. La sucesión de Salvador Gabarró continúa paralizada.
A Gas Natural Fenosa le ha costado mucho digerir la compra de Unión Fenosa. Su apalancamiento ya ha bajado del 60% pero sigue siendo alto. En cualquier caso, el anuncio de que aspira a hacerse con la eléctrica lusa EDP, donde el Estado portugués subasta su participación de control -21%-, ha causado cierto estupor, y hasta oposición, en el principal accionista de GNF: La Caixa, que posee un 37% del capital. Curiosamente, Repsol, segundo accionista, con un 30%, considera que GNF debe seguir adelante con su proyecto, eso sí, siempre que no le pidan más dinero. Ahora mismo el proyecto sigue en estudio, ciertamente, pero la decisión de acudir ya está prácticamente tomada, al menos por lo que respecta al equipo ejecutivo de Gas Natural Fenosa.
Las pegas de La Caixa son las siguientes: afecta al consumo de recursos propios, la variable que hoy vigila Europa para medir la solvencia bancaria... aunque no debiera. Recordemos que GNF es una participación de control de Caixa, principal accionista de Caixabank. Tanto en GNF como en Abertis, se entiende que Caixa controla la gestión. No ocurre lo mismo con las participaciones 'financieras' de Repsol y Telefónica, participaciones financieras que se insertan en la rúbrica "Disponibles para la venta" (aunque no se vayan a vender a corto plazo).
En segundo lugar, algunos directivos de Caixa consideran que GNF se endeudaría demasiado, además de toparse con problemas de competencia: lo más normal es que le obligaran a abandonar la antigua Hidrocantábrico, hoy EDP España.
Además, entre los postores figura la alemana E.ON que, tras perder Endesa, está empeñada en aumentar su presencia en la península ibérica.
Ahora bien, la apuesta por EDF se ha convertido en un reto personal para el consejero delegado de GNF, Rafael Villaseca, quien considera que GNF adolece de masa crediticia. Por ello, ha apostado fuerte por EDP. Eso sí, no irá a la puja con los argelinos de Sonatrach, que una cosa es haber firmado la paz y otra bien distinta que sean amigos para siempre.
Y todo ello se enmarca dentro de la incógnita sobre la sucesión en la Presidencia de Salvador Gabarró, una sucesión que ahora parece paralizada, aunque los 'caixólogos' consideran que se hará realidad a finales de año y se ejecutará en la próxima Junta de accionistas. Aunque la verdad sea dicha, llevamos ya dos años seguidos con el mismo anuncio, siempre incumplido.
Eulogio López
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