En verdad el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha sido el vencedor del debate. Eso es, al menos, lo que afirman la mayoría de analistas políticos, y hasta la prensa conservadora reconoce que el líder de la oposición, Mariano Rajoy, perdió el combate. A fin de cuentas hay algo cierto : Rajoy apenas hizo propuestas y Zapatero consiguió ahondar en su estrategia de aislar al PP del resto de fuerzas políticas y hacerle parecer, de este modo, como un partido de extrema derecha.
El Debate no ha hecho pública una sola medida política novedosa, al menos de cierta enjundia, pero ha servido para oficializar el pacto PSOE-CiU. El discurso del portavoz nacionalista catalán, Durán Lleida dejó claro por dónde corren las alianzas del Gobierno; ni tan siquiera hubo combate de guante blanco : sólo intercambio de elogios y parabienes entre el portavoz de CiU y el Presidente del Ejecutivo.
Así ambos líderes mantuvieron una pelea tremenda por si los alquileres firmados bajo la nueva agencia pública creada por el Gobierno para este fin eran 1.000 o 1.208, lo que seguramente es muy distinto. Asimismo, y aunque Izquierda Unida le recordó que algunas comunidades autónomas destinan ya más porcentaje de suelo a la vivienda protegida, que es lo que postula el proyecto gubernamental.
Cuando en ciudades como Madrid ya nadie se extraña por un piso o chalet al que se solicitan 100 millones de las antiguas pesetas (600.000 euros), algo que la inmensa mayoría de las familias no son capaces de ahorrar a lo largo de toda una vida (no contamos el sobrecoste financiero).
Frente a ello, Zapatero evitó cuidadosamente cualquier anuncio o atisbo de cambio de política económica. A pesar de que la inflación se sitúa por encima del 4%, que estamos en puertas de una nueva subida del precio oficial del dinero, lo que encarecerá aún más el precio de la vivienda. Así, con subidas anuales que han estado en el 17% y ahora sólo se han reducido al 12%, Zapatero no piensa combatir de política. Al menos, no podrá hacerlo si no prescindir de Pedro Solbes, el más liberal de sus ministros. La vivienda continuará siendo inasequible para muchos, sobre todo jóvenes, que sólo pueden casarse siempre que trabajen ambos y que decidan vivir en un cuchitril donde no pueden alojar a sus hijos.
Lo que está claro es que la política liberal ha fracasado en materia vivienda. Ahora es el momento de la vivienda pública, por que continúe el ritmo de creación en puestos de trabajo y, al mismo tiempo, los jóvenes puedan acceder a una vivienda. Eso sí, Zapatero no está por la labor.