A nadie se le puede ocultar la grave crisis por la que hemos atravesado en España, que afortunadamente empieza a superarse y que fue consecuencia de la nefasta gestión del gobierno de la anterior legislatura.
La crisis ha sido muy acusada en lo económico, pero también muy evidente en valores. Lo primero nos llevó a enormes cifras de paro, que aún no se arregló, déficit enorme, desconfianza en la economía española, coste terrible en la financiación del estado, etc. Lo segundo, los valores, llevaron a la mente de muchos ciudadanos la disparatada idea de que matar a un hijo no nacido es un derecho y a que la relación entre dos homosexuales es un matrimonio. Semejantes desvaríos son parte de la mucha herencia perversa que el pasado gobierno nos dejó a los ciudadanos.
No obstante, algunos de los políticos en activo actualmente (mencionaré solo a dos, Rubalcaba y Chacón) formaron parte de aquel gobierno e insisten obsesivamente en mantener aquellas tristes situaciones, para lo que utilizan como principales armas, la mentira, la movilización de violentos, la obstaculización de iniciativas para mejorar realidades que lo necesitan, como la sanidad, la educación, etc.
¿Qué ideas persiguen los que usan estos recursos contra las mejoras que se evidencian No son otras que intentar destruir cuanto de positivo empezamos a vislumbrar. Cuanto mejor vayan las cosas, menos rentabilidad política podrán disfrutar ellos. Un puñado de votos justifican para ellos cuanto esfuerzo sea preciso para evitar que salgamos adelante y que la mentalidad de la sociedad se acomode a la manipulación del lenguaje que no cesan de promover.
Pablo D. Escolar