CVC planteará una oferta por Euskaltel este mismo mes

• A eso se ha comprometido con Citibank que tiene el mandato de venta.
• Orange espera que le caigan los 220 millones, que llevarán a Euskaltel a la suspensión de pagos.
• El PNV insiste en que Euskadi tenga su propia operadora de bandera. Pero Mario Fernández (Kutxa Bank) necesita toda la liquidez posible.
• Y Patxi López no está por la labor de ayudar.
• Y ONO no puja por eso mismo: le tiene miedo al PNV.
• A final de febrero, CVC hará una oferta sobre Euskaltel.
• La realidad pincha el globo naranja: Orange desploma sus resultados en diciembre frente a Movistar y Vodafone.

Fuentes del Citigroup, que tiene el mandato de venta, aseguran que el fondo de capital riesgo CVC presentará una oferta por Euskaltel antes de que finalice el mes de febrero. De confirmarse, el viejo sueño del nacionalismo vasco de contar con una teleco de bandera, de bandera vasca, se entiende.

Como informábamos días atrás, Orange ya ha pedido ante los tribunales la ejecución del laudo arbitral que condena a Euskaltel a pagarle 220 millones de euros. Eso coloca a la teleco vasca al borde de la quiebra. Desde el PNV presionan a Kutxabank, accionista de Euskaltel para que salve a la empresa, pero su dirigente, Mario Fernández, no está por la labor: necesita todo el dinero posible para afianzar la fusión de las tres cajas vascas y para expandirse con la compra de entidades en crisis.

Endesa e Iberdrola, accionistas de Euskaltel no están por la labor de ir a una ampliación de capital. Y el lehendakari Patxi López tampoco. Sólo el PNV de Iñigo Urkullu presiona para salvar la teleco nacionalista pero no hay manera.

Y a Orange el pago le llega en el mejor momento, porque su línea ascendente se ha truncado en diciembre. Vamos con ello:

Ni hay mal que cien años dure, ni tampoco, desgraciadamente, lo contrario, estará pensando el jefe de Orange en España, Jean Marc Vignolles. El grupo francés, el mismo que en su casa matriz las está pasando canutas para competir con los entrantes a pesar de su interesante participación estatal (el 30% de su capital es público) que le mantiene a salvo de todo, acaba de despertar bruscamente de su sueño español.

Después de un año de altas en móvil, propiciado por la crisis y por la benevolencia regulatoria, que todo hay que decirlo, los datos de diciembre, recién publicados por el regulador del sector, la CMT, muestran cómo la realidad ha pinchado el globo en el que Orange estaba encaramada. Es el único operador que pierde clientes en el último mes del año, nada menos que 23.000, en un mes en que los operadores importantes, Movistar y Vodafone, lideran la ganancia neta en líneas móviles, tanto de contrato como de prepago.

Los clientes de telecos, a la fuerza, están aprendiendo latín. Y no se casan con nadie. Si hay mejores ofertas, buenos terminales y, sobre todo, claridad, transparencia y facilidades, van y vienen de unos operadores a otros y nadie puede darse por ganador durante mucho tiempo. Los datos de diciembre 'per se' no serían tan relevantes si no fuera porque muestran un cambio de tendencia.

Después de un año duro, Movistar, con importantes bajadas de precios en móvil desde el aterrizaje en septiembre de Luis Miguel Gilpérez, levanta el vuelo, Vodafone se mantiene, los virtuales sobreviven y Orange cae estrepitosamente. Eso sí, el problema ahora está en ver si en meses venideros Movistar puede pagar el haber seguido las mismas técnicas de Orange: competir vía precio.

En cualquier caso, camarón que se duerme se lo lleva la corriente, y aquí nada es para siempre. A Vignolles y su equipo no les va a quedar más remedio que ponerse las pilas, ya no sólo en Francia, donde un operador pequeño y recién desembarcado en el mercado móvil, Iliad, que opera en el país vecino con la marca Free, está apretando seriamente las tuercas del gigante semipúblico FT, sino también en España, donde hasta ahora también les había lucido el pelo, de igual forma que, aquí, Orange se las aprieta a Movistar y Vodafone. Eso sí, le quedan los 220 millones de euros que espera cobrar de Euskaltel tras ganar el litigio.

Miriam Prat