Sr. Director:
Hoy en día se habla mucho del hombre, de la sociedad, del bien común pero en términos muy generales. No escuchamos hablar de la persona, de su concepto, sentido y magnitud, de todo lo que somos y podemos ser capaces de ser. Hablar de personas compromete. Porque la persona es valiosa en sí misma, por ser irrepetible.
Creo en la persona, hombre y mujer, en su magnífica capacidad para ejercer su libertad, decidir su destino y así ser feliz aún en medio de la dificultad, porque cuando echamos toda la carne en el asador y tenemos una fuerte motivación somos capaces de todo, hasta de cambiar el mundo.
Creo en la persona, en su dignidad en su fuerza para agarrarse a la vida, su bien más preciado. Creo en la persona desde el principio hasta el final. Desde que se concibe, hasta que muere. Creo en su dignidad siempre, aún cuando muchos, por interés se la quieran quitar.
El negar la condición de persona, no es un invento de ahora, ya nos viene de antiguo. Los esclavos no eran considerados persona, sino instrumentos vivos, por lo cual se les podía pegar, vender, matar No hace tanto las personas de color eran ciudadanos de segunda Por no hablar de los judíos en la Alemania Nazi
Creo en la persona siempre, en su dignidad siempre, aunque sólo sea un embrión de pocos días. Nadie tiraría un diamante pequeñito a la basura. Con la nueva ley, nos olvidamos de lo que le es más propio del ser humano, su dignidad.
Susana Moreu Alonso
smoreu@telefonica.net