Dejará que pase la Junta, pero, inmediatamente después, el presidente de Iberia Fernando Conte, planteará al Consejo de administración un nuevo organigrama, dado que la estructura de gestión ha quedado abierta con la salida del consejero delegado, Ángel Mullor.
En principio, Conte no es partidario de un nuevo consejero, sino de crear un peine de direcciones generales. Tres, desde luego, son fijas: líneas aéreas, aeropuertos y mantenimiento.
Por otro lado, ahora se ha sabido que la compañía abandonó el proyecto de una línea aérea de bajo coste, presentado por Mullor, con mayoría accionarial de Iberia. Tampoco gustó un segundo proyecto, ya con Iberia en minoría, dado que no algunos de los socios no eran del agrado del núcleo duro (formado por British Airways, Caja Madrid, BBVA, El Corte Inglés y Altadis). Al final, se optó por una fórmula donde Iberia estará en minoría, llevará la gestión y se reserva la posibilidad de aumentar su paquete del 20% hasta por encima del 40%.