Mientras que el precio del combustible impide rellenar el depósito, el carnet por puntos deja en castigo de espera y los parkings cobran minutas por minuto, parece ser que la muerte por accidente de tráfico disminuye en un alentador veinte por ciento.
El liderazgo que ostentaba tras el recuento de defunciones y razones queda relegado, por el incisivo e inconsecuente suicidio, al segundo lugar de causas de muerte no natural.
Matarse o morir es sin duda una elección que tenemos en esta vida, la unidad puede sumarse, multiplicarse, dividirse o neutralizarse con la resta. Que el sui cadere pase a ser la forma de inexistencia principal de forma artificial en nuestro país, es sin duda un dato preocupante del cual debemos tomar medidas después de elaborar una interpretación tras un análisis vigoroso y creado desde la esperanza de vida.
La falta de apreciación de la realidad sumada a insatisfacciones personales con falta de objetivos e incumplimientos de necesidades básicas, han creado un contagioso pesimismo globalizado. Estos efectos añadidos a la recesión económica que estamos sufriendo, se conjugan fabricando sin pedido un cóctel molotov el cual no cualquier sentir puede digerir y sí consigue conducir hacia un sitiado callejón con la única salida aparente de emergencia hacia el vacío.
La impotencia por no encontrar lo buscado pudiera llamarse inconformismo pero por no encontrar lo necesario pudiera destinar a la desidia por vivir. Corren tiempos complicados en los cuales debemos ser cómplices de nuestro alrededor alentando y cobijando a cualquier sentir afligido sin entusiasmo de afronte. La soledad informatizada, el amor cibernético, la droga de diseño, el hipo de la hipoteca, el desprecio de los valores, etcson la sal y pimienta del momento, la vida es mucho más gustosa que estos ingredientes que nos hemos inventado e impiden ver más allá que del borde del abismo.
Tráfico ha demostrado su efectividad siendo trágico en sus campañas y efectivo en resultados, Sanidad, Educación y Cultura debieran aunar fuerzas para lanzar la campaña más linda y sencilla que jamás hayamos podido verVive y deja vivir
Óscar Molero Espinosa
