- El sector más centralista del gobierno considera que lo que Rajoy debe ofrecerle en la cumbre del día 30 es esto: nada.
- En política, Soraya argumenta que la clase política está dividida sobre la idea de España y rechaza cualquier reforma de la Constitución.
- En economía, Montoro considera que no es posible más dinero para Cataluña y que, además, no sería justo.
- Y ambos coinciden en que Mas está rodeado de independentistas que no se conformarán con nada. Se les ofrezca lo que se les ofrezca.
- Montoro asegura que no es posible otra política fiscal porque no hay dinero.
- ¿Entonces qué ¿Lengua, cultura y Barça
Consejo de Ministros del viernes 25 de julio, festividad de Santiago el mayor, patrón de España… día laborable en España. Comparecen en rueda de prensa (cada día que pasa más cortas y con menos preguntas admitidas por la portavoz del gobierno) el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y la precitada vicepresidenta y portavoz del Ejecutivo, doña Soraya Sáenz de Santamaría (ambos en la imagen).
El tema más candente, esta vez con razón, el resto de ruedas de prensa monclovitas sin ella, es Cataluña. Y esto es porque Artur Mas y Mariano Rajoy se van a ver las caras el 30 de julio.
Pues bien, los dos elementos más centralistas del Ejecutivo Rajoy han razonado bien, y eso que el silogismo no es la especialidad de la memoriona Soraya ni la dialéctica constituye la punta de lanza del catedrático Montoro. Y ambos coinciden en un temor que empieza a cundir por Madrid: aunque el posibilista Mariano -con tal de que no le quiten La Moncloa es capaz de todo, este Mariano- se ha propuesto un acuerdo con CIU para antes del 11 de septiembre, Soraya y Montoro aseguran que esto, el aquelarre monclovita del día 30 de julio, no es más que una primera toma de contacto. Pues entonces estamos frescos.
Pero es que, además, el acuerdo tiene dos patas: la política y la económica.
Pues bien, insisto, con gran coherencia, la centralista Soraya habla de diálogos constructivos y con rectitud de intención, pero asegura que el referéndum es inaceptable y que los sistemas que se están proponiendo por diversos políticos -federal, confederal, tercera vía- no se sabe ni lo que son. Y en cualquier caso: que cómo vas a reformar una Constitución para darle una salida a las aspiraciones catalanas cuando los unos quieren más disgregación y los otros más unidad.
Y lo peligroso es que esta vez Santamaría tiene razón. En efecto, la macedonia mental que impera por estos predios es de Gran Premio.
Por su parte, Montoro no es menos claro cuando habla de que no se puede dar más dinero a Cataluña. El titular de Hacienda dice lo mismo que Soraya sólo que en el terreno económico. Asegura que no hay posibilidad alguna de reforma de la financiación autonómica porque sencillamente no hay más dinero. Lo que él ha creado, y lo ha hecho muy bien, es el FLA, para darle liquidez a comunidades autónomas y ayuntamientos, así como el traspaso de fondos para acelerar el pago a proveedores por parte de los entes territoriales, una pasta gansa, oiga, que encima ha salvado la vida a muchos proveedores privados. Y ahora promete ampliar el FLA y ampliar los fondos, a cambio de seriedad contable por parte de corporaciones locales y regiones.
Ahora bien, una cosa es esa y otra cambiar el modelo de financiación autonómica, que no se puede hace por la sencilla razón de que "la gente está uniendo reforma del sistema de financiación con más dinero, y eso no puede ser porque no hay más dinero".
Y todo eso es muy lógico: ahora bien, si no se va admitir el referéndum, si no va a haber cesiones económicas. Entonces, ¿qué le va a ofrecer Rajoy a Mas Y quedan tres días.
Puede ofrecer la inmersión lingüística. Ya saben, cultura y, supongo que el Barça gane la Liga. Pero no se me ocurre mucho más y, además, esos 'pequeños' detalles son los que más enardecen la catalanofobia reinante en España.
Desde luego, si Rajoy sólo escucha a Soraya y a Cristóbal, entonces no habrá acuerdo entre Madrid y Cataluña. Vamos al choque de trenes. Y ese choque, ¿qué significa Dada la obcecación de Artur Mas, lo único que puede significar es la intervención de la autonomía catalana por Madrid. A partid de ahí, soñad y os quedaréis cortos… en pesadillas.
Es la España invertebrada, inacabada e interminable. Sobre todo, interminable.
Porque queremos, dado que tan poco es tan difícil un acuerdo. Bastaría más flexibilidad por parte de Rajoy en principios morales -que por contra, es muy flexible nuestro gallego- y menos narcicismo por parte de don Artur.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com