La Nueva España, formada por los territorios conquistados por Hernán Cortés para el emperador Carlos V, I de España, perteneció al imperio español por tres siglos.
En el siglo XIX, se independiza de España con el nombre de México. Desde entonces, México ha mantenido una relación ambivalente con la Madre Patria y con la historia común, porque no se puede negar que México, que nunca había sido una unidad política ni cultural antes de la conquista española, nace a partir de dicha conquista.
Aunque los españoles se habían asentado antes en las islas del Caribe (en especial Santo Domingo y Cuba), México ha sido siempre un referente para el resto de las naciones a las que España dio a luz y que por tanto conforman con ella la Hispanidad.
Casi inmediatamente después de la conquista de México suceden las de Centro América y el Perú, y sucesivamente el resto de Sudamérica excepto las posesiones portuguesas (Brasil). El contacto con Filipinas y las otras posesiones españolas en las islas de oriente, se hace por mucho tiempo a través de México, por el puerto de Acapulco en el océano Pacífico.
Y también da el ejemplo a la hora de cortar los lazos políticos y administrativos, porque los otros no se puede; mientras que en la península se luchaba contra el invasor francés, en Hispanoamérica brota una serie de guerras civiles, y la primera de ellas la causa la revuelta del cura Hidalgo en 1810 (paradójicamente, hecha en nombre de Fernando VII).
Como un reguero de pólvora, se suceden otras rebeliones a lo largo de todo el siglo XIX, que dan lugar a la independencia de las naciones sudamericanas y finalmente, las islas de Cuba, Puerto Rico, y Filipinas a raíz de la guerra con los EU en 1898.
La independencia de México no se consumó hasta 11 años después, y ni siquiera entonces fue reconocida por España, pero tradicionalmente México celebra 1810 como la fecha de su independencia. Con ese motivo, el año próximo el Gobierno mexicano y distintas instituciones harán una serie de festejos con motivo del Bicentenario.
Lo ideal es que las naciones hijas de España se hubieran independizado en forma pacífica, como resultado de la madurez, y hubieran mantenido la unidad, entre sí y con la Madre Patria, pero no ha sido así, por el contrario la desunión ha dado oportunidad a gente sin escrúpulos para lograr grandes despojos contra el patrimonio, tanto de España como de cada una de sus hijas.
Rubén Darío lo señala en aquellos versos donde advierte a Wilson sobre los cachorros de la América Española, que aún reza a Jesucristo y habla en español. Es tiempo de superar esas divisiones reconociendo nuestra historia común, y apreciando la enorme riqueza de nuestro patrimonio, también común, que podemos llamar cultural pero que se basa en la fe católica y el idioma español.
Por esto, un joven mexicano, Pedro Bailón, que vive en la ciudad de Querétaro (en el Estado del mismo nombre, en el centro de México) ha tenido la idea, a la que otros nos hemos ido sumando, de realizar el año próximo un Congreso de la Hispanidad en esa ciudad.
El programa incluye temas de Historia (civil y religiosa), sociología, Arte (sacro y profano) y otras manifestaciones culturales. El comité organizador es ajeno a cualquier organización u objetivo político, y aunque constituido por católicos obedientes a la Iglesia, tampoco depende de estructura eclesiástica alguna. La cita es Agosto del 2010 en la Ciudad de Querétaro.
Queremos invitar a los lectores a participar, en primer lugar aportando ideas, después colaborando en la organización y difusión, y finalmente asistiendo.
A reserva de crear direcciones electrónicas especificas para el congreso, los interesados pueden escribir a mi correo personal. Le agradezco de antemano todas sus atenciones.
Etsuo Tirado Hamasaki
etsuotirado@hotmail.com