La noche del sábado 11 las plantas nobles del edificio BBVA en el Paseo de la Castellana (24 y 25, si no nos falla la memoria) albergaba a gente trabajando, justo en el momento en que muchos madrileños presenciaban el partido Real Madrid-Numancia en el cercano Santiago Bernabéu.

 

Y es que en las plantas más alfombradas de la sede central del BBVA se trabaja mucho últimamente. Su presidente, Francisco González, intenta crecer a cualquier precio, sea por fusión o adquisición, para evitar el zarpazo del Gobierno socialista, empeñado en sustituirle. Es difícil sustituir a un presidente en pleno proceso de fusión, o cuando pilota la absorción de una entidad extranjera. En este caso, The Wall Street Journal publicaba, en la mañana del lunes 13, que el BBVA quería adquirir la mayor hipotecaria mexicana (hipotecaria nacional), un país donde la entidad española ya es propietaria de Bancomer. Lo cierto es que el camino europeo presenta muchas dificultades, y si no que se lo pregunten a su colega Botín.