Sr. Director:

A la Constitución de España de 1978, que nos dimos los españoles, la odian los nacionalistas. Curiosamente en España mientras grado de nacionalismo hay en una región, menos grados de libertad. En País Vasco y Cataluña solo hay libertad para los afines a los tripartitos nacional-izquierdistas, con buenas dosis de odio a lo Español, y también a lo católico, y a la Constitución, al de derechas o de izquierdas, que no piense como ellos, los pluscuamperfectos. Les gusta dar lecciones éticas a los españoles y ellos van tan hiperlegitimados, que es algo ya patológico si no cómico. Y ya ven que no son nada solidarios al negar agua del trasvase del Ebro a Valencia, Murcia y Andalucía.

Por fin, el Presidente del PSOE y de la Junta de Andalucía, ha dejado de ser seguidor de estas imposiciones de ERC al Presidente Rodríguez,  no son otras que balcanizar España. Seguramente el papel del asesino Milosevich se lo querían cargar a Rajoy, Esperanza Aguirre, y Andalucía sería Croacia -por el nexo con el futbolista Súker-, y pongan los lectores lo demás. Pero España no es Yugoslavia, y por muchos iluminados que haya en el Ruedo Ibérico, somos mayoría los españoles, de izquierdas y derechas, que sabemos que España no la inventó Franco, como algún estúpido puede tener metido en la cabeza. España es la de las Cortes de Cádiz, de 1812, de antes y de después, con la desgracia de tener escasos hombres de estado al frente de la misma.

Pero estos días el Presidente de la Junta de Andalucía y del PSOE ha hablado alto y claro, y le ha mandado recados al ERC y al PSOE. Chaves es un hombre con el que no comparto muchas de sus iniciativas, otras sí. Y esta de ponerse al frente de la solidaridad entre españoles, de defensa de la Constitución, de la convivencia, de tender lazos hacia el futuro es para aplaudirlo. Más aún cuando se atreve a plantar cara al espernible Carod Rovira y minoritario séquito de mediocres iluminados, que odian lo español, desde el idioma a que Madrid sea Olímpica, con sus características de intolerancias, chapuzas y pasado sangriento guerracivilista.

Marcos Gutiérrez Sanjuán

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