Como forma de lucha contra la deslocalización, Comisiones Obreras (CCOO) estudia la posibilidad de que en la Unión Europea se establezca un salario mínimo homologado para sus 25 miembros.

 

En estos momentos, los sindicatos consideran que las empresas tienen todas las posibilidades para trasladar sus plantas de Europa occidental y central hacia el Este de Europa, con mano de obra cualificada y acostumbradas a salarios muy inferiores a los vigentes en los Quince. España, en concreto, puede resultar uno de los más perjudicados.