Eugenio Galdón reparte por los despachos de Madrid y por los restaurantes su mal genio desde que fue desplazado por los socios mayoritarios de la Presidencia de ONO, en el mes de Noviembre pasado. Sorprende la actitud del personaje, que intenta cobrar una indemnización por despido de más de un millón de euros a través de un contrato mercantil. Eugenio Galdón, hombre de muy buenas y altas relaciones, lo que no cuenta a sus amistades de Madrid, es que ha sido presidente de ONO durante los últimos 11 años, en los cuales la compañía no ha ganado un solo euro o peseta, y que dada su excelente gestión ha tenido que despedir a 1.000 personas de la plantilla. Eugenio Galdón indiscreto como nadie, no comenta a sus amistades, los altos gastos de representación en los que incurría, alguno de ellos de difícil justificación. Digamos que Galdón es el Bermejo de las Telecomunicaciones. Con una deuda superior a los 2.000 millones de euros, en un entorno económico español complicado, Galdón debería olvidarse de rencores personales, pensar en las 1.300 familias que están en la calle por su desastrosa gestión.
Con todo ello, el nuevo líder de la empresa de cable, José María Castellano, se ha negado a ceder a las presiones de Matías Rodríguez Inciarte y del banco Santander. Galdón siempre ha sido el pupilo favorito de Emilio Botín: no se le pagará indemnización y, si quiere guerra en los tribunales, la va a tener.