Sr. Director:

Muchas veces he agradecido la veracidad y claridad con que trata las noticias más sencillas, las que verdaderamente tienen importancia para muchos miles de personas.

Estoy de acuerdo que para todos los españoles tiene un gran interés la política (algunos dicen que todo es política), y la economía (influye mucho en nuestro diario vivir), y los ecos de sociedad (aunque, como el eco, no sirvan para nada), que duda cabe que el Sr. Zapatero y su amistad con el Rey es importante pero, existen en este país varios cientos de miles de familias que parecen apestadas (como aquellas que tenían la lepra en la edad media), y de las que nadie quiere hablar, ya no digo defender, pero que son muchos españoles y españolas que llevan dos años sufriendo la mayor injusticia de la historia de este país.

A estas alturas de la película, todos sabemos que el caso Afinsa huele a podrido y es una patata caliente que nadie quiere coger pero, ¿y los miles de españoles que están sufriendo la mayor de las condenas (la indiferencia), además de vivir en la oscuridad más absoluta del silencio informativo?, ¿y esos miles de abuelos y abuelas a los que les han robado sus ahorros de toda la vida y que, algunos de ellos, están ayudándose de la caridad?

¿No cree usted Señor Eulogio que por lo menos ellos si merecen un trato mejor que el que están recibiendo por parte de los medios de comunicación (¿?), e información (¿?), como el que usted tan bien dirige?

En estos dos años le he escrito al señor Zapatero, al Rey, al Defensor del Pueblo, a casi todos los medios de comunicación del país (solo usted y algunos otros medios digitales se han dignado publicar algunas de mis palabras), y he defendido y continuaré defendiendo la verdad de lo ocurrido, aunque pueda costarme un disgusto (que jamás podrá ser mayor del que he sufrido); y, créame, no lo hago en mi interés (que sería muy lícito), sino en el de varios clientes de más de 70 años que hoy confían profundamente en mi, como lo hicieron en su día, y a los que no voy a defraudar aunque me vaya la vida en ello.

¿Cómo es posible, señor, que no haya nadie lo suficientemente íntegro como para investigar y sacar a la luz toda la basura de un suceso por el cual deberían estar los próximos años encerrados en la cárcel, personajes a los cuales millones de españoles respetan y admiran?

¿Qué poder oculto puede ser tan poderoso para callar la boca del Rey de todos los españoles?, ¿de todos?, que no ha hecho absolutamente nada, ni se ha dignado a dirigir unas miserables palabras de ánimo y aliento, para tratar de compensar tanta hipocresía e injusticia, hacia miles de sus súbditos.

Igual que en el caso Rumasa, el de la Colza, en el del Lino, en el Bio Bac, y en tantos y tantos otros, al final la verdad saldrá a relucir pero, no me importa si los culpables pagan o no puesto que, aunque he perdido la confianza en la justicia humana, se sin lugar a dudas que la Divina si funciona y se encargará de ellos; lo que me entristece profundamente es que miles de españoles están sufriendo (muchos de ellos familiares y amigos míos) y, al paso que vamos, algunos de ellos no verán el resultado (ya van mas de mil muertos y algunos suicidios).

Señor Eulogio, ¿qué podemos hacer para destapar tanta podredumbre?, sé, sin lugar a dudas, que una sociedad que permite el aborto, el matrimonio homosexual, la educación para la ciudadanía, y otras depravaciones similares, está realmente enferma. Sé que en una sociedad que tiene por presidente y vicepresidente a dos personas como el Señor Zapatero y la Señora de la Vega, algo falla, pero, ¿es que no hay nadie que se atreva a decir lo que todo el mundo sabe, sin temor a las represalias?

Naturalmente temo las represalias que puedan tener mis palabras, soy consciente que entre los implicados hay personas muy poderosas (hasta jueces estrella), y yo sólo soy un hombre común; pero, cada mañana (desde hace dos años), cuando salgo de casa y me cruzo con afectados y escucho sus tristes palabras de desánimo, me refuerzo en mi intención de llegar hasta el final; y cada noche en mis oraciones pido el perdón por todos los responsables de tanta tristeza, porque como dijo nuestro Señor Jesucristo no saben lo que hacen.

Sea como sea, estamos hablando de personas, hombres y mujeres, hijos e hijas que han tenido que dejar sus estudios, abuelos y abuelas que han tenido que dejar sus residencias por no poder pagarlas, matrimonios que han tenido que vender su piso para poder pagar la hipoteca y ahora están mal viviendo de alquiler, hombres que no han podido soportar lo anterior y se han quitado la vida, hombres y mujeres que han caído en profundas depresiones y hoy ya no están entre nosotros. Estamos hablando de más de tres mil personas que quedaron sin trabajo, y casi doscientas mil familias que estamos viendo como nos roban nuestros ahorros con la complicidad del gobierno y de los jueces que nosotros pagamos con nuestros impuestos. ¿Un drama?, no, una tragedia, que es posible gracias a la pasividad de una sociedad adormecida por los encantadores de serpientes del siglo veintiuno

¿Dónde están, Sr. Eulogio, los periodistas de verdad, esos paladines de la sociedad de mitad del siglo veinte que desvelaron casos tan vergonzosos y difíciles como el de Afinsa sin que nadie pudiera pararlos?,

Es impresionante y terrible pensar en que los jóvenes de hoy, nuestros hijos e hijas, serán los que mañana paguen por nuestros errores y nos exijan responsabilidades por nuestros actos; es terrible imaginar nuestra vejez en la sociedad que estamos creando.

Gracias a usted, señor, y a todos aquellos que tienen el poder de ayudar a los demás y lo utilizan para ello, nos queda una pequeña luz de esperanza encendida entre tanta oscuridad.

Angel A. Garnelo

angelgarnelo@grupoaei.com