Los grupos políticos nacionalistas catalanes, por vocación o por oportunismo, andan estos días a la greña entre ellos para ver cómo saca cada cual mayor rentabilidad a la escenificación de la manifestación que están preparando, para saltarse las normas de un Estado, el español, al que esos mismos grupos pertenecen.
Como en un a río revuelto, Carod-Rovira, que siempre ha demostrado tener habilidades para la creación de eslóganes, se ha desmarcado con una de sus ocurrencias, separándose del resto de los partidos políticos que están entre que si llevan en la cabecera de la manifestación una señera, de parte a parte, o si llevan, de parte a parte, una pancarta con un lema: Som una nació, nosaltres decidim (Somos una nación, nosotros decidimos). El desmarque de Carod-Rovira va en el sentido de un supuesto acercamiento al pueblo (Al costat del poble Al lado del pueblo); pero, ¿a qué pueblo se querrá acercar, a todo? Lo dudo ¿O será sólo al escuchimizado sector que vota las, al parecer, ilegales consultas de independentismo, las escuálidas cifras de votantes en pro del Estatut o los cuatro que se quedan en casa sin festejar los triunfos de La Roja?
Juan Alonso Villanueva