Monasterios de todo el mundo celebraron el domingo, día 7 de diciembre, una gran cadena de oración que enlazaba Eritrea con Arequipa, y la India con el Monasterio de la Encarnación de Ávila.
Fue el primer gran acontecimiento en el Año de la Vida Consagrada, inaugurado con la llegada del Adviento. A pesar de la dura crisis vocacional de las últimas décadas, en muchos países de África o de América Latina las congregaciones religiosas son un pilar básico de la sanidad y la educación.
Sin los religiosos serían igualmente incomprensibles la historia y el presente de Europa, aunque algunos ponen todos los medios a su alcance para que lo olvidemos. España, en particular, puede enorgullecerse de ser la cuna de Santa Teresa, de los jesuitas o los dominicos, o de seguir enviando hoy a miles de misioneros por todo el mundo.
De ahí la importancia en nuestro país de un año en el que la Iglesia está llamada a hacer memoria del pasado con gratitud, y a redescubrir la imprescindible aportación que realizan hoy los religiosos.
Juan García