El ex presidente de la CNMV, Blas Calzada, no defrauda. En la mañana de este jueves se presentaba en la Bolsa de Madrid su libro El buen gobierno en España: un análisis crítico. Calzada insiste en que cuando habla de crítico se refiere a la crítica en el sentido más literal, es decir, el juicio sobre lo que en su opinión, está bien y está mal.

Y está mal la OM que obligaba a fundir el Código Olivencia con la Comisión Aldama, que no era sino un informe. La unificación no es posible, la OM nunca debió pedir que se fundieran. Y de aquellos barros, estos lodos. Calzada señala abiertamente que prefiere no bautizar al Código Unificado de Buen Gobierno Corporativo como código Conthe, porque no quiero echar todas las culpas de lo mal hecho que está. Por ejemplo, el gran error del Código Conthe es no haber tenido en cuenta la legislación creando un código paralelo de 57 recomendaciones. Vamos que cuando dijo crítico, quería decir crítico.

En cambio, Calzada alaba el formulario requerido a todas las compañías cotizadas, por su carácter de público y comparable. Incluso es partidario de un formulario más pequeño e inteligible para que los accionistas normales y lejanos lo puedan entender con facilidad. Calzada comparte el criterio que también ha manifestado el director del Instituto de Estudios Económicos, demasiada información no nos da buena información. Iranzo cree que la información además de veraz debe de ser oportuna y adecuada para la toma de decisiones.

Además, Calzada señaló que las compañías del Ibex están razonablemente bien. Pero, ¿y las pequeñas? ¿Cómo crear comisiones en compañías con 12 empleados? Así que las pequeñas deberían de tener el comité de auditoría obligatorio mientras que las grandes compañías financieras o Telefónica compañías grandes con vocación de expansión- deberían de tener en su opinión- todos los comités posibles. Calzada hizo especial hincapié en el comité de inversiones y estrategia como el responsable de seguir el desarrollo de la estrategia, fundamental para compañías grandes con ambición de crecimiento.

Por último, Calzada se mostró partidario de que las conclusiones de las asambleas o consejos de familia puedan ser públicas al resto de los accionistas de una empresa familiar y se mostró muy crítico con el doble consejo de vigilancia de las cajas de ahorro por considerarlo muy débil comparado con un Consejo de Administración de las entidades mercantiles y en donde asombrosamente los comités están dentro del Consejo de Administración. A lo mejor basta con la supervisión del Banco de España, concluye.