Sin embargo, 19 meses después de iniciada la crisis (agosto de 2007), la ecuación era que no se venderían viviendas pero tampoco se reducían los precios.
Ahora, por fin, comienzan a bajar. ¿Por qué? Pues porque cuando un promotor no vende el banco le embarga, dado que el promotor siempre trabaja a crédito. Al final, los bancos han acaparado tantos inmuebles que no han encontrado otra salida más que vender con fuertes descuentos que ya suponen un 30 o un 40%. Comenzó Caixa Catalunya con un severo problema de acumulación de viviendas sin vender, y no sólo oferta sus empleados -eso ya lo había hecho el Santander en su momento-, sino a sus clientes, a todo el mundo. Le ha secundado Caja Madrid, que incluso promete descuentos del 40%. En resumen, una gran noticia.
Pues bien, resulta que ahora son los promotores quienes se enfadan. El argumento no es genial: se enfadan porque ellos se niegan a hacer descuentos: antes que bajar los precios y ganar menos o no ganar, prefieren mantenerlos, no vender un piso y ser embargados al 100 por 100 por los bancos. Y claro, les sabe mal que, por los pisos ya embargados, los bancos hagan descuentos. ¿Y qué se figuraban que hacían los bancos con el comprador final, con Juan Español, cuando no puede pagar su hipoteca?: lo pierde todo, su vivienda y lo ya abonado.
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Eulogio López
eulogio@hispanidad.com