Un histórico presidente de Deutsche Bank afirmaba que un magnate de la banca (o de cualquier empresa industrial) debía controlar tres cosas: la relación con los políticos, el gabinete jurídico y las relaciones con la prensa. De las relaciones con los legisladores se encargaba él personalmente, que no en vano son relaciones de cuchillo y tenedor. Por tanto, lo que necesitaba era un buen abogado y un buen portavoz. De ganar dinero, y otras fruslerías, ya se encarga el consejero delegado o director general.
Pues bien, en la primera potencia financiera española, el Santander Central Hispano (SCH), se está dando una verdadera batalla por convertirse en el valido jurídico de Emilio Botín. A fin de cuentas, si algo necesita don Emilio, especialmente con los dos casos pendientes en la Audiencia Nacional, es un buen abogado. Hasta ahora, esa función estaba reservada al secretario del Consejo, don Ignacio Benjumea Cabeza de Vaca. Un gran jurista, además de unos de esos personajes que, como se decía del histórico ex ministro soviético de Asuntos Exteriores durante la Guerra Fría, Andrei Gromiko, se sentaría sobre un cubo de hielo si así se lo piden sus superiores.
Para liar más la cuestión, resulta que, en el caso del Santander, es otro abogado, y abogado del Estado, quien lleva las relaciones con los medios informativos. Juan Manuel Cendoya, más conocido en el sector como "Pirolo" (no piensen mal, se trata de la vieja canción infantil: "Manolo Pirolo mató a su mujer, la hizo salchichas y la puso a vender"), es otro reconocido jurista con mucho sentido común, que precisamente fue nombrado para el cargo a propuesta de Ignacio Benjumea. Se da la circunstancia de que Cendoya ha conseguido un grado de confianza con Emilio Botín del que carecen todos sus competidores. Y así, el rumor en la casa es que Cendoya sustituirá a Benjumea como máximo asesor jurídico y de comunicación del presidente. A ello contribuyen los "fracasos" de Benjumea en los casos de cesiones de crédito, las indemnizaciones de Amusátegui y Corcóstegui y, más recientemente, la OPA sobre Cepsa.
Pero la pugna no podría ser tan sencilla. Al plato le faltaba un hervor. El asunto se complica, porque el despacho de abogados más famoso de la "city" madrileña, Uría y Menéndez, lleva años pasando hermosas facturas por sus servicios de asesoría al Santander Central Hispano. La cabeza visible de Uría y Menéndez, es Rodrigo Uría, pero el despacho cuenta en nómina nada menos que con el ex presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Juan Fernández Armesto. Todo el mundo sabe que la CNMV presidida por Armesto siempre trató con gran deferencia al SCH.
La relación entre Benjumea y el despacho Uría fue tan intensa que el bufete regalaba por Navidad valiosos cuadros al secretario del Consejo del SCH.
Sin embargo, la OPA sobre Cepsa ha provocado un enfriamiento de las relaciones entre el despacho Uría e Ignacio Benjumea. Y es que fue Juan Fernández Armesto el que redactó el contrato por el que se firmaba el alambicado acuerdo entre la petrolera Total y el entonces SCH sobre Cepsa. Ese acuerdo que ahora, rotas las hostilidades, beneficia más a los franceses, por aquello del arbitraje internacional, que a los españoles. Total, que Benjumea le echa la culpa a su ex amigo Fernández Armesto y Rodrigo Uría aconseja a Botín que "Pirolo" Cendoya sustituya a Benjumea Cabeza de Vaca.
Para ponerlo un poquito más difícil, que esto de los validos es ciencia abstrusa, faltaba el inefable Matías Cortés. Nosotros todavía no se lo hemos descubierto, pero algún encanto debe tener este granadino para asesorar al editor más poderoso de España, Jesús Polanco, y a su paisano, el banquero más poderoso de España, Emilio Botín.
Matías Cortés ha empleado en el caso de las cesiones de crédito, que lleva la jueza Teresa Palacios, la misma táctica que en su día empleó cuando el juez Javier Gómez de Liaño intentó emplumar a Jesús Polanco: no conviene blocar a la pelota, sino al hombre. Con el "hombre", es decir, con Gómez de Liaño, la cosa fue bien, pero, al parecer, la táctica no vale con las mujeres: Botín es hoy muy consciente de que Matías Cortés ha logrado lo que menos le convenía, es decir, encabronar a la jueza.
Así que en el interior del SCH se vive un curioso "todos contra todos", batalla que, por ahora, gana aquel que más tiempo despacha con Emilio Botín, que no es otro que "Pirolo" Cendoya. Es más, se trata de un hombre con sentido común, capacidad profesional y lealtad probada al jefe, y eso don Emilio lo valora mucho. No hay que olvidar que el cántabro está un poco harto de su ejército de abogados, que habla mucho pero que no le solucionan sus problemas. En estos momentos, su principal problema, que no es otro que la jueza Teresa Palacios y el caso de las cesiones de crédito.