Sí. Sabemos que no debería existir relación causa-efecto. Pero existió. Ocurrió la semana pasada en el Centro Cultural San Martín (ubicada en la Avenida Corrientes) de la capital federal. Los jóvenes argentinos provida habían quedado para manifestar su sentir a la "Dra. Muerte", la holandesa Rebeca Goomperts, que acudía al Centro a dar una conferencia. Según los planes de los pro vida argentinos, algunos se quedarían en la puerta con rezos y pancartas y otros entrarían en la sala para realizar preguntas.
Pero los organizadores, abiertos al diálogo, impidieron el paso de todo aquel que pensaran podía incomodar a la doctora. Más: informaron que impidieron el paso por tratarse de "mujeres católicas", sin duda, una casta que no puede mezclarse con los ciudadanos de primera.
En medio de este atropello, comenzaron a llegar abortistas con ganas de bronca. El objetivo estaba claro: "Iglesia, basura, vos sos la dictadura". Muy edificante. Al espectáculo se sumaron gays y lesbianas. Y para que no faltara de nada, rompieron folletos provida e inflaron preservativos. La prensa argentina dijo lo mismo que lo que habría dicho la española: "Jóvenes ultracatólicos insultan a una doctora extranjera en un centro cultura de la capital federal". Así se escribe la historia.