Aguas Argentinas es la mayor empresa con la que cuenta Aguas de Barcelona (AGBAR) en el mundo hispano. Ocurre que el aún presidente de Agbar, Ricardo Fornesa, está tan harto como sus socios franceses del Grupo Suez de los incumplimientos del Gobierno Kirchner. Por eso, y a pesar de las fortísimas inversiones realizadas en el área de Buenos Aires, y de las presiones de la Casa Rosada (y el tancredismo del Gobierno Zapatero, que no defiende a las compañías españolas en el exterior) Agbar podría seguir los pasos de sus socios de Suez y abandonar el gran Buenos Aires, Ya lo han hecho en Santa Fe, y sólo queda Córdoba.
La verdad es que Fornesa ha implantado el sistema un euro invertido, un euro provisionado, por si fuera necesario marcharse de unas economías hispanas cuyos Gobiernos no ofrecen la suficiente seriedad contractual ni la necesaria seguridad jurídica.
Agbar acaba de retirarse de Brasil y está pendiente de lo que ocurre en Uruguay, donde la administración quiere re-estatalizar los servicios públicos. También permanece en Colombia y México, pero en la compañía consideran que sólo Chile y la Cuba de Castro ofrecen la estabilidad necesaria para los negocios. Lo cual no deja de tener cierta gracia: la estabilidad de Casto y la estabilidad del país considerado económicamente más capitalista del mundo hispano : el Chile de Ricardo Lagos.