Sr. Director:

Es bien evidente para quienes conocemos el modus operandi histórico del Grupo Marsans la explicación de la reciente operación de prensa efectuada por Antonio Mata con la colaboración del Diario Clarín de la Argentina, mediante un extenso reportaje en su Suplemento Económico del 21/11/04, en el cual enfatiza que el Grupo Marsans tiene en su poder -como si fueran rehenes- el 80% de nuestro mercado aerocomercial o de los usuarios del  transporte aerocomercial nacional, junto con sus proclamados 8.000 empleados; al mismo tiempo que se critica fuertemente al Gobierno porque La Argentina no tiene una política aerocomercial: Se está claramente intentando presionar o extorsionar, tanto a la SEPI/Estado español para que libere el último tramo de 85 millones de dólares aún retenidos del monto original de 758 millones de dólares destinados para Aerolíneas Argentinas, además de otros 160 millones de dólares previstos para contingencias ; como al Gobierno argentino para obtener beneficios económicos  mediante subsidios directos o  indirectos para su actividad.

Si el ardid les sale bien, cobrarán por las ventanillas de ambos países y postergarán su huída para más adelante, hasta lograr exprimirles a ambos Gobiernos el último centavo. Si no lo consiguen, partirán en breve lapso dejando en virtual estado de quiebra a nuestra Línea Aérea de Bandera y toda la culpa se la echarán al Estado argentino, como ya lo están haciendo por la carencia de vuelos de nacionales  porque no pueden aumentar sus tarifas, lo cual puede significar el fin de los vuelos de cabotaje, cuando en verdad no pueden satisfacer nuestra demanda interna, porque no han ampliado, como se comprometieron y debían, las flotas de sus empresas argentinas.

Si así sucede, el destino de Aerolíneas Argentinas terminará siendo finalmente similar al de VIASA administrada por Iberia; o al de las Charteras Oasis Internacional conducida por el Sr. Mata, y  Air Plus de Argentina  propiedad del Grupo Marsans: LA DESAPARICIÓN, el servicio de transporte aerocomercial nacional quedará entonces desmantelado, y nuestro mercado aerocomercial a merced de los poderosísimos operadores aéreos extranjeros, forzando la vigencia de hecho en nuestro país de una política de Cielos Abiertos. 

Mientras tanto, los Sres. Pascual, Díaz y Mata quedarán como los salvadores que fueron víctimas inocentes de los malos manejos políticos y económicos del Gobierno nacional; y huirán para ponerse a salvo por ejemplo- en su refugio recientemente instalado en Chile, con Aerolíneas del Sur. Claro, que no se irán solos, sino junto con lo que se han birlado en España y Argentina, mediante el multimillonario desvío de fondos públicos de aquel país y el vaciamiento de nuestra Aerolínea de Bandera.

Sería el final feliz para el Grupo Marsans, aunque no para los esquilmados ciudadanos españoles y argentinos. Ni tampoco para sus respectivos Gobiernos, cuyos dirigentes máximos y colaboradores más allegados conocen minuciosamente, incluso desde antes de asumir sus actuales responsabilidades de gobierno, las irregularidades y delitos del Grupo Marsans en su administración de Aerolíneas Argentinas, como las complicidades de los funcionarios públicos de ambos países que las toleraron.

Si ambos Gobiernos no demuestran estar dispuestos a combatir la corrupción y la impunidad que denunciaron desde el llano, y a lo cual se comprometieron con sus conciudadanos para acceder al poder, se convertirán nuevamente en más de lo mismo, y  en otro fraude político para sus respectivos pueblos.

Gabriel Morselli

Secretario de prensa de APTA

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