Legalidad contra sentido común. Así podría titularse la película. Oficialmente, las relaciones entre el presidente de la constructora ACS, Florentino Pérez, y el de Iberdrola, Ignacio Galán son espléndidas. Y lo son. A fin de cuentas, ningún inversor, por muy de referencia que sea, puede negar que Galán le ha dado la vuelta a Iberdrola como un calcetín y que, a día de hoy, es la empresa más rentable del sector.
En todo caso, la batalla entre el presidente de Iberdrola y su primer accionista, 12,3%, continúa a través de sus dos abogados del Estad Julián Martínez Simancas por Iberdrola y José Luis del Valle, más conocido como Chitín el Grande, hombre de confianza de Florentino Pérez. En la vida privada, antiguos compañeros y buenos amigos.
En pocas palabras, Simancas dice que la ley impide que ACS tenga derechos políticos por encima del 3% en Iberdrola, dado que controla otra empresa del sector, Fenosa, con, pro ahora, más del 40%. Chitín dice que esa es la ley desde que don Rodrigo Rato era vicepresidente económico, pero que existe otra cosa, que no ente, llamado sentido común, y que le sentido común aconseja que a quien ha comprado un 12,3% del capital hay que tratarle con mucha consideración.
Consideración toda, responden Simancas, pero sin saltarse la ley. Cumplamos la ley replica Chitín- pero sin volvernos locos: que ACS entre en el Consejo. ¡Cuánto lo sentimos!, asegura Simancas, no queremos terminar en los tribunales, pero les mantendremos a ustedes muy bien informados sobre la marcha de la empresa, empezando pro la absorción de Scottish Power, que diluirá la participación de ACS, pongamos en un cuarto, sino en un tercio.
Y por cierto Chitín, estamos hablando del mismo problema siempre la normativa- que nos impide fusionar Iberdrola y Fenosa, dado que el decreto Rato -¡Maldito decreto!- nos lo impide. Ni hablar de entrar ACS en el Consejo.
Y todo esto mientras la bolsa arde. Iberdrola se lanzaba a las nubes el miércoles 7, con una subida que, poco antes de cerrar el mercado, alcazaba los 35,12 euros pro acción, un 3,3% al alza, por rumores de que la francesa EDF andaba detrás. No sería de extrañar, los franceses son los únicos que mantienen una compañía pública en un sector no liberalizado. Un monopolio nuclear que es un desastre de rentabilidad pero que tira con pólvora del Rey, y que está dispuesto a comprar todo lo que se le ponga por delante como saben hacer los nuevos ricos y los jugadores de ventaja.
¡Esto es Europa!