• La iniciativa del ministro de Justicia aspira a volver a los supuestos (1985), no a los plazos (2010) para abortar. La diferencia es escuálida.
  • La portavoz socialista, Carmen Montón, aprovecha la sesión de control para lanzar un mitin feminista y pedir la retirada del proyecto.
  • Gallardón le replica que en el futuro seguirá "defendiendo las libertades de las mujeres y el derecho a la vida de los concebidos".
  • Pero el ministro no aclara si la reforma se aprobará en Consejo de Ministros ni si dimitirá si se frustra.
  • Recuerda que la propuesta está en el programa electoral del PP, el mismo partido -eso no lo dice- con una corriente abortista importante.
  • Defiende la nueva regulación "no por motivos electorales, sino por profunda convicción".

Duelo en la sesión de control al Gobierno esta mañana entre la portavoz del PSOE de Igualdad, Carmen Montón, y el ministro de Justicia, Ruiz-Gallardón (en la imagen) a propósito de la reforma del aborto, que nadie aclara si seguirá adelante o no, entre las reticencias del Gobierno de Rajoy y el jaleo interno en el PP y la frontal oposición socialista a que se cambiar la actual norma. La vigente y la propuesta son igualmente abortistas, pero eso, para unos y otros, es lo de menos.

Carmen Montón ha aprovechado su intervención en la sesión de control al Gobierno para lanzar un mitin feminista en toda regla (muy habitual en esa señora, dicho sea de paso) a favor del aborto. Montón no matiza nada, mezcla el derecho a la vida (del que no habla) para defender teóricamente la libertad de la mujer, a la que hiere en su dignidad si sólo habla de su salud y no de los niños que vienen al mundo. Habla de "monedas de cambio" con frivolidad. Es un discurso, en fin, vacío, de proclamas y con un solo objetivo, muy imperativo: "Retire usted su anteproyecto del aborto, señor Gallardón".

El señor Gallardón, todavía ministro de Justicia, ha sido contundente en la respuesta, pero ha hecho malabarismos para no entrar en el problema de fondo: hay una parte muy importante del PP que es abortista, y también quiere que no avance su reforma (escuálida en cualquier caso) del aborto. Se trata, muy resumido, de volver a los supuestos para abortar de la ley de 85, dejando atrás el aborto libre según los plazos de la ley de 2010. El aborto, en cualquier caso, seguirá.

Veamos. Carmen Montón le ha preguntado si "renuncia de una vez por todas y para siempre" a la reforma del aborto, atentos, porque igual "ha comprendido ya que no se debe legislar en contra de la libertad de las mujeres".

La respuesta de Gallardón la hubiera dado un bachiller documentado: "Es muy difícil saber dónde estaremos cada uno de nosotros, hoy, mañana o dentro de un año. No lo sé, pero le aseguro que allí donde nos encontremos usted y yo a mí me encontrará defendiendo las libertades de las mujeres y defendiendo el derecho a la vida de los concebidos". Se refería a los derechos que mezclaba Montón y que no ha terminado de acotar Gallardón (no se puede anteponer la libertad de nadie frente al primer derecho, el de nacer).

Pero lo que no ha aclarado el ministro, para lo que había una gran expectación, es si la reforma de la ley del Aborto se aprobará en Consejo de Ministros o si va a dimitir si al final el proyecto se frustra. Ha añadido un matiz, en cualquier caso, peculiar, el de los cálculos electorales, porque es precisamente el lío que está metido Rajoy (por consejo de Arriola, ese 'calculador de urnas' y esposo también de Celia Villalobos).

Carmen Montón ha dado por supuesto que retirarán la reforma por ese motivo, pero Gallardón le ha contestado que no será así, diciendo que defiende la nueva regulación "no por motivos electorales, sino por profunda convicción". De ese modo, es indudable, pone en aprietos a toda la tropa de su partido que quiere dejar la Ley Aído donde está y hablar lo menos posible de una ley que resta votos. Habrase visto.

En este punto ha recordado que los tres informes preceptivos de órganos "muy prestigiosos" como los del Consejo del Poder Judicial, el Consejo Fiscal y el Comité de Bioética, favorables a la nueva regulación que propone el Gobierno. Así lo ha planteado Gallardón: "¿Cree que hablamos de una medida fuera del tiempo y de la realidad y que esos órganos consultivos y con responsabilidades no lo hubieran advertido".

Gallardón también ha recordado -en buen momento- que su reforma está en el programa electoral del PP y que, en contra de lo que dice Montón, gracias a su anteproyecto hay "un profundo debate en la sociedad y eso es positivo".  Otra cosa es que "al margen de lo que hayan dicho las urnas, la izquierda siempre se arroga pretendida superioridad moral".

A ver si es verdad porque la legislatura se va acabando y a este paso no dará tiempo a tramitarla.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com