Argentina. En un escenario donde los alumnos y profesores hablan de lo divino y lo humano se desarrolla esta inteligente comedia que tiene como protagonistas a dos docentes de Filosofía que, tras la muerte de un brillante catedrático que les marcó académicamente, aspiran a ocupar el puesto que ha dejado vacante. Marcelo Pena, un hombre discreto e inseguro que siempre estuvo a la vera de su mentor se tiene que ver las caras con el seductor Rafael Sujarchuck, con mucha capacidad para comunicar y que ha trabajado años en la docencia en Alemania.  

El título de la película, Puan, es el nombre de la calle donde se ubica la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires, que también se conoce 'popularmente' con ese nombre.

Resulta una verdadera delicia escuchar las clases de filosofía que imparte Marcelo, dentro y fuera de la Facultad, porque ante su bajo sueldo se ha convertido en un auténtico 'buscavidas' salarial, a pesar de su talento. Gracias a él, los espectadores son capaces de entender la falta de recursos de los ciudadanos argentinos. Un detalle; los zapatos viejos del profesor son un reflejo de los sueldos en ese país, que no sirven para vivir sino para sobrevivir. Asimismo, la película se desliza de forma agradabilísima debido a diálogos ingeniosos y a situaciones que no hacen sino que se sienta empatía por el profesor Marcelo Pena.

Marcelo Subiotto y Leonardo Sbaraglia realizan un duelo interpretativo de campanillas, encarnando a los dos protagonistas, todo ello ambientado en una Buenos Aires donde la economía precaria se palpa en cada imagen, y eso que hablamos de uno de los países más ricos en recursos de Hispanoamérica.

Para: los que les guste el cine argentino de calidad y las buenas comedias en general.