Ambientada en la década de los años 70 en la capital londinense y, en medio de la revolución del punk rock, Cruella tiene como protagonista a una joven estafadora llamada Estella, decidida a hacerse un nombre dentro del mundo de la moda. Esta muchacha huérfana está acompañada desde niña en sus fechorías por dos jóvenes ladrones que la obedecen fielmente en sus creativos planes. Hasta que un día el talento de Estella por el diseño de alta costura llama la atención de la baronesa von Hellman, toda una leyenda en su sector pero de personalidad aterradora.

Disney recupera para la gran pantalla a una de sus villanas más emblemáticas: Cruella De Vil. Si  la mayoría de las incursiones en acción real que ha realizado la factoría de sus clásicos animados eran totalmente innecesarias y, habitualmente, de inferior calidad con respecto a su versión primigenia (recuerden La Bella y la Bestia con personajes reales) no ocurre así con Cruella, posiblemente porque recurre a realizar una precuela para conocer el origen de ese excéntrico personaje obsesionado con los perros dálmatas..

Original e ingeniosa pero muy oscura, Cruella incluye unas interpretaciones maravillosas de las dos Emmas, Stone y Thompson, tanto es así que sólo por contemplar su trabajo merece la pena no perderse el film. Ambas lucen un fabuloso vestuario, complementado por una peluquería y un maquillaje de lo más histriónicos. Ello se traduce en que se siguen con bastante agrado los 134 minutos de su desarrollo, a pesar de ciertas bajadas de ritmo a mitad de película.

A destacar una esmerada banda sonora, compuesta con temas pegadizos de los años 70 y 80 que aportan el ritmo y la jocosidad a la trama.

Asombra, a pesar del humor de la trama, la evolución fatalista de la joven protagonista que parece resignada a convertirse en un ser tan malvado y vengativo  como su veterana antagonista. Es decir, aunque sea una historia tan de“cuento” como ésta, la elección de decantarse por el mal de algunos seres es así.  

Eso sí, totalmente fuera de lugar y obedeciendo a los criterios inclusivos marcados por el “Mee Too”, que el personaje de Anita Querida sea una chica negra, puesto que se rompe una de las principales comicidades del clásico original sobre que los perros se parecían físicamente a sus dueños.

Más indicada para un público adolescente que infantil, especialmente para aquellos que les gusten los relatos de Tim Burton, como es habitual en los últimos largometrajes con el sello de Disney, se introduce un elemento transgresor encarnado por el dueño de la tienda de ropa, que se convierte en uno de los principales aliados de Cruella en sus ambiciosos planes de destronar a la baronesa como adalid de la moda.

Para: los que les gusten los cuentos con un toque oscuro.