• No, un atentado en nuestro suelo les haría cambiar de opinión.
  • Es lo que dictaminan los informes de inteligencia: si no hay nuevos atentados, la ciudadanía no aceptará una mayor implicación en la guerra contra el Estado Islámico.
  • Ni tan siquiera desde la retaguardia y a posteriori, como en 2003.
  • Respuesta de la vicepresidenta Soraya: Ya estamos en la coalición contra el Estado Islámico.
  • El enemigo, dicen en Defensa, está dentro y se corre el riesgo de dividir al país.
  • Preocupa que Podemos vuelva a la calle y que, en cualquier caso, se beneficie electoralmente de su aireado pacifismo.
  • Desoladora conclusión: la cobardía reina entre los españoles y en el Gobierno español.
  • Y cuando se produzca otro 11-M, la culpa no la tendrán los terroristas, la tendrá el compatriota de al lado.
La Junta de Seguridad del Estado, con información procedente, principalmente del CNI, y que ya se ha reunido dos veces desde los atentados de París, han llegado a una conclusión desoladora: los españoles no apoyarán que entremos en guerra con el llamado Estado Islámico, ISIS, el mayor grupo terrorista conocido desde que se inventó el terrorismo. Es más, según el CNI responderán con el mismo cainismo con el que respondió en marzo de 2004 tras el 11-M: en lugar de unirse contra el terrorismo, España se fracturó en dos. Es más, preocupa el aprovechamiento electoral que pueda hacer de ello Podemos, en su ensoñación pacifista que busca el diálogo con los kalashnikov. La conclusión de los servicios de inteligencia es desoladora. Francia se une ante un atentado, España se divide. En Francia los terroristas pierden, en España ganan. En 2015 todo un país vacío de patriotismo, muy cainita y bastante cobarde. Y todo esto dentro del temor a un atentado en vísperas del 20-D y con un Podemos que organiza Minutos de silencio para reprobar los bombardeos franceses contra posiciones del Estado Islámico. Y su vergonzante pacifismo le puede proporcionar réditos electorales, que no en vano el mayor voto oculto ante el 20-D es el de Podemos. En esa situación, lo cierto es que Rajoy se acomoda a la cobardía reinante en España. Por delante de él ha enviado a su por ahora número dos, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, experta en cubrir vergüenzas y más ducha en retórica que en dialéctica. Soraya ha explicado que hay más de 2.000 soldados españoles desperdigados por el mundo, lo cual es cierto ya que, por ejemplo, en Irak hay 300 efectivos en "estado puro" de efectividad. Pues no, no están allí en misión de combate, aunque realizan una muy meritoria, y peligrosa, labor de adiestramiento de las fuerzas iraquíes para enseñarles a combatir. En cualquier caso, aquí no se juzga la valentía de los militares españoles, tan acreditada como su humanidad (ni un solo abuso registrado por los efectivos españoles, pocos países pueden decir lo mismo) sino a la cobardía de un gobierno, el de Marianao Rajoy, y de un país directamente amenazado por el Estado Islámico pero que se niega a hacerle frente y se escuda en coaliciones internacionales. Patético el intento de la vicepresidenta Soraya, el pasado viernes 20, de enseñarnos un mapa con todas las misiones que realizan los militares españoles: no estábamos hablando de eso, doña Soraya. Desoladora conclusión: la cobardía reina entre los españoles y en el Gobierno español. Y cuando se produzca otro 11-M, la culpa no la tendrán los terroristas, la tendrá el compatriota, el vecino de la puerta de al lado. Eulogio López eulogio@hispanidad.com