Farage y Trump en el mitin que ofreció el británico en Misisipi durante la última campaña electoral de los EEUU
Visita de Donald Trump al Reino Unido que comienza mañana lunes en medio de una nueva polémica generada por el presidente norteamericano, algo habitual por parte del inquilino de la Casa Blanca, que ha manifestado abiertamente, en una entrevista concedida al tabloide británico de The Sun, lo siguiente: "Creo que Boris haría un trabajo muy bueno", "Conozco a los distintos aspirantes. Pero creo que Boris haría un trabajo muy bueno. Creo que sería excelente. Me gusta, siempre me ha gustado", enfatiza Trump, que calificó al antiguo responsable del Foreign Office como un político "muy talentoso".
Boris Johnson aparece como favorito para suceder a Theresa May y el respaldo de Trump a Johnson llega antes de que los conservadores inicien oficialmente el proceso, que se espera termine a mediados o finales de julio, para elegir a su nuevo líder, tras la renuncia de la jefa de gobierno que dejará su cargo el próximo viernes 7.
El presidente de Estados Unidos propone incluir en el equipo negociador a Nigel Farage, líder del Partido del Brexit, que ha arrasado en las recientes elecciones europeas
Así que, el presidente Trump no esconde sus preferencias respecto a la política europea ya que siempre se ha mostrado como un gran defensor del Brexit, es más, por si no fuera poco lo dicho a The Sun, en otra entrevista, esta vez publicada por The Sunday Times, Trump recomienda a Reino Unido que abandone la negociación con la UE si no consigue lo que quiere. “Yo me marcharía”, afirma. “Si no logras el trato que quieres, te vas. Si yo estuviese en su lugar, no pagaría los 39.000 millones de euros. No pagaría, es una cifra enorme”.
Y para preparar y ejecutar esa estrategia, en la que Reino Unido rechazaría el pago de partidas presupuestarias ya comprometidas y, finalmente vencer, el presidente de Estados Unidos propone incluir en el equipo negociador a Nigel Farage, líder del Partido del Brexit, que ha arrasado en las recientes elecciones europeas y se colocó a la cabeza con casi un tercio de los apoyos pero que no tiene ningún diputado en el Parlamento de Westminster.
Farage quiere entrar en el equipo pero el actual Gobierno de Theresa May, no ha contemplado nunca esta posibilidad. “Creo que es un error”, opina Trump. “Solo pensar en lo bien que lo harían si le incluyen…ni lo imaginan aún. Me gusta mucho Nigel. Le conocí cuando vino a dar un discurso a Estados Unidos. Es una persona fantástica”.
Boris Johnson aparece como favorito para suceder a Theresa May y el respaldo de Trump a Johnson llega antes de que los conservadores inicien oficialmente el proceso
Trump al que cumplir con el protocolo es algo que le suena a ‘chino’, (perdón por la broma fácil), se ha saltado la tradición de no opinar sobre asuntos internos de un país poco antes de iniciar una visita de Estado, da sus dos entrevistas británicas a medios que son propiedad de Rupert Murdoch, como ya ha ocurrido antes, y se expresa antes de aterrizar en Londres, invitado por la reina Isabel II, sobre la política interna de Reino Unido en términos no habituales en las relaciones entre estados. Pero es posible que su visita de Estado tenga menos contenido político del que ya es habitual en este tipo de viajes. No obstante ha dejado caer la posibilidad de reunirse con los dos políticos pro-Brexit con los que hablará seguro de lo mal que lo ha hecho May a la que ha acusado de ser especialmente vulnerable y la responsable final del fracaso.
Pero Trump, que no da puntada sin hilo y para compensar la pérdida comercial de una salida de la UE sin acuerdo, ha manifestado que apoyaría un acuerdo de comercio entre el Reino Unido y EE.UU, pocos meses después de que Londres abandone la UE, a más tardar el próximo 31 de octubre. Su objetivo es el Arco Atlantico entre ambos países que por supuesto lideraría los Estados Unidos. ¿Manda así un mensaje Trump a la UE?, se preguntaba en este confidencial Andrés Velázquez hace apenas unos días para responder que “no” que simplemente se aprovecha de la querencia británica al Arco Atlántico frente a su integración en Europa: “mejor con Washington que con Bruselas, piensan Farage y Johnson. Ambos saben que, por sí solos, los británicos no dan para mucho”.