• Ve indicios de criminalidad contra los miembros del Consejo de Administración y de la Comisión de Control y contra el resto de ejecutivos de Caja Madrid y Bankia que durante 13 años gastaron 15,5 millones de euros.
  • Es decir, sale una media de 18.065 euros al año por directivo. Por ese dinero habría que encausar a todos los consejeros y directivos de la gran banca española.
  • Pero Bankia no cayó por las tarjetas 'black'.
  • El grupo cayó por los créditos fallidos: sólo por 11 operaciones dudosas de Bancaja se perdieron unos 1.700 millones de euros.
Vaya por delante que utilizar tarjetas de empresa para gastos personales es censurable. Incluso, utilizarlas para gastos de representación y no justificar esos pagos, también exige una reprimenda. Ahora bien, no saquemos las cosas de quicio, por mucho que el juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu (en la imagen), se empeñe en convertirse en juez estrella y haya anunciado este miércoles que juzgará a 66 directivo de Bankia –incluidos Rodrigo Rato y Miguel Blesa- por la utilización de las tarjetas 'black'. Me dirán que lo de las tarjetas estuvo mal, muy mal. Y les diré que sí. Pero, en lugar de dedicar tanto tiempo y recursos a investigar a esos directivos, el juez Andreu podría interesarse por lo verdaderamente importante: los créditos fallidos concedidos por los responsables de la entidad. Claro que la repercusión mediática no es la misma. Se vende mucho mejor el hecho de que unos banqueros han abusado de unas tarjetas opacas para gastos personales, que la concesión de unos créditos fallidos. Así las cosas, el juez Andreu no ha dudado en centrar sus esfuerzos en las tarjetas negras. Según él, existen indicios racionales y fundados de criminalidad contra los miembros del Consejo de Administración y de la Comisión de Control, y contra el resto de ejecutivos de Caja Madrid y Bankia, que recibieron las tarjetas opacas. Tarjetas que, según Andreu, fueron emitidas sin respaldo contractual alguno y fueron utilizadas para gastos personales propios. Ahora bien, las cifras de las tarjetas negras lo dicen todo: son 15,5 millones de euros entre 66 directivos, durante 13 años (de 1999 a 2012). Es decir, toca a una media de 18.065 euros al año por directivo. Que sí, que está mal, pero estarán conmigo en que por ese dinero habría que encausar a todos los consejeros y directivos de la gran banca española. Visto lo visto, es evidente que Bankia no cayó por las tarjetas negras. Cayó por algo mucho más serio: los créditos fallidos. Sólo por 11 operaciones dudosas de Bancaja se perdieron unos 1.700 millones de euros. Eso sí que es denunciable. Otra: la concesión de una línea de crédito por parte de Bancaja –José Luis Olivar era el presidente- para construcciones en el Caribe y que supusieron unas pérdidas de 225 millones de euros. Olivas y otras ocho personas fueron detenidas a finales de junio pasado por este motivo, pero luego ha pasado prácticamente inadvertido. Es mucho más morboso –y mediático- hablar de las tarjetas 'black'. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com