Ojo, que por esa vía Florentino puede salirse con la suya, a pesar de todos los opositores
El Juzgado de lo Mercantil número 17 de Madrid ha sorprendido a todos con una cautelarísima en la que obliga a la FIFA, UEFA, Liga Profesional de Fútbol y federación de Fútbol y los propios gobiernos europeos, a no interponer pega alguna a la Superliga que ha puesto en marcha Florentino Pérez, presidente del Real Madrid junto, al parecer ya, otros 14 clubes de fútbol europeos de campanillas.
El Estado ya no estataliza empresas, es el empresario el que se regula a sí mismo y privatiza el Estado
Ocurría el martes 20 y es difícil saber si se trata de otro juez megalómano o si tiene poder para imponer tal medida a la UEFA, principal opositor.
Lo más importante, si el fallo judicial se aplica, resulta que la UEFA y la FIFA no podrán emplear su arma más letal: la amenaza de que, cualquier futbolista que juegue la Superliga, no podrá participar ni en la Eurocopa ni el Mundial, Es decir, sería expulsado de su Selección… y del fútbol de selección.
Vivimos el nuevo capitalismo: la liga de Florentino y el Bitcoin. La Superliga y las criptomonedas no son otra cosa que la institucionalización de lo privado
Florentino Pérez ha creado la Superliga europea de fútbol. Repito: sólo para los grandes y donde manden los propios clubes. Eso supone institucionalizar lo privado, como el bitcoin, una moneda autogenerada de la que no responde ningún banco central ni ningún poder nacional. El riesgo en estado puro pero también lo privado convertido en institucional. Florentino presidente del Real Madrid y Florentino organizador de competiciones: ¿quién nombrará a los árbitros?
Pero el fallo del juez puede ser el espaldarazo que necesitaba ¡Oh capitán, mi capitán!
Pero no olvidemos que la lucha real no es entre lo privado y lo público sino entre lo grande y lo pequeño... y la superliga es grande
Es el nuevo capitalismo: la Superliga de Florentino y el bitcoin. El Estado ya no estataliza empresas, es el empresario el que se regula a sí mismo y crea el Estado.
Pero no olvidemos que la lucha real no es entre lo privado y lo público sino entre lo grande y lo pequeño… y la superliga es grande.