• Que las empresas tengan la sede social en España es secundario.
  • Y la izquierda y la derecha (y el centro) le sacan a hombros del Congreso.
  • El ex vicepresidente y ex ministro socialista admite graves desavenencias con Zapatero.
  • No iba a repetir como ministro (2008) pero se quedó porque la situación había comenzado a empeorar.
  • Curioso, porque luego no hizo nada para enderezar el rumbo.
¡Qué diferencia! La comparecencia, este miércoles, de Pedro Solbes (en la imagen) en la comisión del Congreso que investiga la crisis financiera ha sido radicalmente distinta a la de Rodrigo Rato veinticuatro horas antes. El tono bronco del martes -insultante en algunos momentos- ha dado paso a un intercambio pacífico y cordial de ideas. La autocrítica de Solbes -estuvo en el Gobierno ZP desde abril de 2004 a abril de 2009- ha tenido mucho que ver, sin duda. Pero sus señorías han pasado por alto -excepto la diputada de ERC, Ester Capella- uno de los episodios más oscuros y más tristes protagonizados por una gran empresa española: Endesa. Y Solbes era ministro de Economía, no lo olvidemos. Es más, después de malvender la eléctrica a Enel, se convirtió en consejero de la compañía italiana dos años después. Y aquí paz y después, gloria. Capella es la única que ha mencionado el asunto y Solbes no lo ha evitado. "Las puertas giratorias existirán siempre y si no existen es una desgracia que la política sólo pueda contar con políticos profesionales que no puedan entrar y salir", ha justificado. Ahora bien, según el ex ministro, deben estar muy definidas las condiciones para entrar y salir de la política. Otrosí: la españolidad de las empresas. Para Solbes, lo importante no es dónde está la sede social o la procedencia de los accionistas, sino el hecho de que presten servicio a los españoles. Por ejemplo, el que le prestó Enel a él fichándole como consejero. Luego hay pequeños detalles como el hecho de que los italianos hayan vaciado la española en beneficio propio. Todo por el bien de nuestro país, por supuesto. Solbes fue protagonista en el asunto como también lo fue en el comienzo de la crisis. Pero miren por dónde, tanto la izquierda (Podemos-IU incluido) como la derecha (y el centro, si se puede meter ahí a Ciudadanos) le han sacado a hombros del Congreso. Ha bastado que respondiera a todas las preguntas y que haya admitido sus errores. Eso sí, los ha planteado de tal manera que casi daba lástima: pobre Solbes, no hizo más porque no pudo, y lo que podía hacer chocaba con el criterio de Zapatero. En su descargo diremos que también ha asumido su culpa por las decisiones que tomó ZP. Hablamos, por ejemplo, del Plan E (¿Recuerdan?). En algunos casos los carteles eran más caros que la misma obra), del cheque bebé de 2.500 euros o de la expansión del AVE. Todas ellas, medidas que dispararon el déficit público hasta el 11% en 2009 (el límite estaba en el 3%). Y esto lo vio el ex ministro. Según él, durante los años previos a la crisis, se podría haber alcanzado un superávit fiscal del 4% o el 5% y haber reducido la deuda pública por debajo del 36%. Pero no se hizo nada para lograrlo: "Era una alternativa política difícil", se ha excusado. Por cierto, también ha hecho alusión al famoso debate con Manuel Pizarro, en febrero de 2008. ¿Recuerdan? Desde ese momento, las críticas al Gobierno del PSOE por ocultar la crisis se dispararon. "Yo hablo de desaceleración rápida y él (Pizarro) de crisis", ha señalado Solbes. Pero según él, el debate sobre si estaban negando o no la crisis duró solo dos meses y medio, lo que tardó él en decir la palabra maldita tras las elecciones generales de ese año. Y no estaba mintiendo ni ocultando nada. "No me parecía (adecuado) ir a las elecciones con la palabra crisis, que era algo que todavía no era totalmente evidente", ha explicado. Evidente o no, Solbes ha señalado que, en principio, no iba a repetir como ministro de Economía en 2008 pero que, después de ver que la situación comenzaba a complicarse, decidió quedarse. Le pareció mal abandonar el barco justo en ese momento. Gracias, Pedro, España necesita héroes como tú. Ahora bien, no deja de resultar curioso que se quedara pero que no hiciera nada por enderezar el rumbo. Así, aguantó hasta abril de 2009 aunque, según él, el presidente no le hacía ni caso. Justo antes, en febrero, Acciona vendió su 25% de Endesa a Enel. Dos años después, los italianos ficharon a Solbes. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com